El viento, el peor enemigo de las alfombras florales junto con la lluvia, hizo acto de presencia durante todo el fin de semana en Castropol, dificultando y desluciendo, en parte, el intenso trabajo que los voluntarios dedicaron durante meses en sus creaciones de belleza efímera. Aun así, y a pesar de que la muestra se vio mermada por las ráfagas que soplaron sin cesar, fueron numerosos los visitantes que, llegados desde diversos puntos de la región, abarrotaron la villa castropolense para acudir a la cita del Corpus Christi. "Contra el tiempo no se puede luchar", lamentaban los artistas, que se esmeraban en retocar las alfombras poco antes de que diese inicio la procesión de las doce y media.

"Durante toda la noche ha hecho viento y no hemos podido instalar buena parte de las alfombras. Ha sido desastroso", lamenta Ovidio Vila, que lleva colaborando con esta fiesta desde hace más de cuatro décadas. Muchas de las creaciones, únicas puesto que no se repiten de un año para otro, han tenido que cancelarse y ser sustituidas por otras más sencillas y resistentes a los soplidos de Eolo. Improvisación y sacrificio fueron imprescindibles para sacar adelante una de las ediciones del Corpus más difíciles que se recuerdan.

Pese a todo, los visitantes apreciaron y reconocieron el trabajo desarrollado por la asociación "El Pampillo", coordinadora e impulsora de esta tradición. Teresa Duarte llegó desde Lugones junto con dos amigas, Rosario Martínez y Pilar López. "Tenía muchas ganas de verlo, me habían hablado de ello, y sin lugar a duda merecen la pena. Son estupendas", señala la primera. "Aunque es un poco en cuesta", bromea Rosario Martínez.

Con una bufanda rojiblanca al cuello, de su Sporting del alma, observaban las alfombras las gijonesas Mercedes García y Amor Bouzas, que son unas veteranas de la cita: "Venimos todos los años, es muy guapo. Sobre todo por la paciencia que tienen, y todo lo que madrugan para hacerlas, son una maravilla", aseguran, aunque notan que "hay menos que otras veces".

La creación que más interés despertó fue una dedicada a la Virgen de Covadonga, que es especial para los organizadores por su historia. "Fue realizada por los alfombristas de Castropol en el congreso de arte efímero de Roma del pasado año. Estuvo en El Vaticano, y hoy preside el altar de la procesión, aseguró Agustín Artime, de El Pampillo. Los perfiles están realizados en cordón de silicona, y está realizado con materiales pesados, como arenas o sales, y por eso superó la prueba del viento. Otros materiales usados para los adornos del Corpus son, por ejemplo, arroz teñido, cáscaras de pistachos, hojas de ciprés, hojas de mirto, borras de café, conchas de vieiras y de navajas, y macarrones.

Castropol cumplió una vez más con las expectativas, a pesar de todo, y los voluntarios piensan ya en las alfombras del año próximo. "El trabajo para el año que viene comienza esta misma tarde: se recogen las bayas de eucalipto, que son los únicos materiales que se reutilizan", explica Ovidio Vila.