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Ence y Navia buscan el "olor cero"

Los vecinos, muy críticos con las molestias que genera la fábrica, dan su voto de confianza a la firma, que dedicará 3 millones de euros a reducir el impacto olfativo

Operarios trabajando en la fábrica. G. GARCÍA

Es un olor penetrante e inconfundible, que muchos asocian al repollo. El objetivo de Ence para su planta de Navia es que ese peculiar tufo desaparezca, o al menos se minimice. A ese fin dedicarán, durante el periodo de parada técnica anual que ayer dio comienzo, un montante de tres millones de euros de los 23 totales en que se ha presupuestado la operación de renovación. La dirección de la multinacional de la celulosa busca con ello el "olor cero", un deseo que comparten con los cientos de vecinos del entorno, que llevan años reclamando mejoras en este apartado, y que ahora otorgan un voto de confianza a la empresa.

"Una parte importante de las inversiones se dirigirán a continuar minimizando el impacto oloroso de la factoría", señaló la empresa en un comunicado, en el que reconoce que "si bien la reducción ya es notable, Ence quiere avanzar progresivamente hacia el 'olor cero'". La reducción del impacto ambiental, tanto en olores como en el ruido que genera la planta, ha sido motivo de preocupación por parte de la empresa, que ha mantenido reuniones constantes con los vecinos del entorno para intercambiar impresiones.

Así lo confirma Beatriz Fernández, portavoz de la plataforma de vecinos creada en Armental para defender unas condiciones dignas para el pueblo. "Hace dos meses, en una reunión de la plataforma con responsables de Ence, se nos informó sobre los proyectos que hay en marcha para tratar de eliminar, o al menos atenuar, los ruidos y los olores que la papelera origina", explica.

El pasado mes de enero, esta plataforma vecinal decidió emprender acciones reivindicativas contra los efectos nocivos de la planta, situada en a escasos metros de algunas de las viviendas. En aquel entonces, afirmaban que vivían "situaciones insufribles" por el olor, el ruido y la contaminación medioambiental.

Estas molestias, considera Fernández, van más allá del entorno cercano de la planta, y se suceden las quejas desde varios kilómetros a la redonda. "El tema de olores es algo en lo que necesitan mejorar aún muchísimo", afirma, al tiempo que señala que "no sólo lo notamos los vecinos más próximos, sino también algunos de otras parroquias, y las quejas a la plataforma llegan bastante a menudo".

El plan de Ence, que cesará su producción durante diez días para acometer las mejoras pertinentes, parece haber colmado las expectativas de los vecinos, que consideran positivo el esfuerzo de la multinacional por reducir su impacto. "Hemos depositado un voto de confianza al nuevo proyecto. Aunque sabemos y entendemos que las medidas no serán efectivas de inmediato y en un corto plazo, esperamos que se vaya mejorando poco a poco", asevera Beatriz Fernández. Sobre la efectividad de las inversiones en materia ambiental, prefiere "esperar a ver los resultados" antes de valorar la situación, "pero esperamos que sean positivos, será bueno para todos", manifiesta. Y concluye: "Desde esta plataforma esperamos que con este nuevo proyecto en marcha nuestra calidad de vida mejore".

La parada técnica, además, incrementará la competitividad de la planta, cuya producción compite en los mercados internacionales con la de fabricantes de todo el mundo. También se verá reforzada su volumen de producción, que crecerá en 40.000 toneladas al año.

Todo ello repercutirá, señala la firma de celulosa, en la economía local naviega, al generar, por ejemplo, unos mil seiscientos viajes más de camión al año. Durante la parada se efectuarán asimismo trabajos de mantenimiento por valor de un millón y medio de euros, en lo que se considera "un hito en la historia de la planta" por la gran inversión que conlleva.

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