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Cesáreo Marqués: "No estoy cansado, pero toca pensar en otros para l'Amuravela"

El escritor y recitador del sermón laico medita el relevo al cumplir 31 años al frente del acto central de las fiestas de Cudillero

Cesáreo Marqués, con el anfiteatro de Cudillero a sus espaldas. A. M. SERRANO

Cesáreo Marqués cumplirá el próximo lunes (13.30 horas), día de San Pedro, 31 años recitando l'Amuravela. Lo hará pensando en una jubilación de este oficio de escribir e interpretar este sermón en dialecto pixueto que es el centro de las fiestas cudillerenses. "No estoy cansado, pero creo que toca pensar en otras personas".

Cesáreo Marqués recogió el testigo de Totó, el popular personaje que recitaba l'Amuravela, en 1985. Tenía 27 años. Desde entonces, todos los inicios de verano cuenta al patrón de Cudillero, San Pedro, cómo van las cosas por el concejo y el resto del mundo. Para ello, cada mes hace una recopilación de las noticias que le parecen más interesantes. En primavera empieza a escribir en pixueto un sermón que es secreto hasta el mismo día de San Pedro. Dice Marqués que sólo puede adelantar una idea: "No queda otra que hablar del cambio político Cudillero por lo que significa". El PP gobierna por primera vez en los últimos 24 años y un escenario político tan diferente para los cudillerense, "por supuesto que será bien tratado en el sermón".

Cesáreo Marqués sabe de memoria el sermón y guarda con celo el documento donde se puede leer l'Amuravela. Tendrá 630 versos, durará media hora y después arrancará el aplausos de las miles de personas que siguen el acto. Es el centro de los festejos de Cudillero o, si se quiere, un fiesta dentro de la fiesta (como le gusta decir a Cesáreo Marqués) sin la que el programa de San Pedro de Cudillero no tendría tanta fama. La tradición es del siglo XVI. Cesáreo Marqués asegura que hay documento que acreditan que l'Amuravela se recitó en 1569. Con ella se recibió a los marineros que habían partido muchos meses atrás para conquistar Florida y con ella se inauguró, según cuenta Marqués, la iglesia de San Pedro.

"Es importante que se mantengan estas costumbres ", dice Cesáreo Marqués, quien revela que minuto antes del recitar y durante su interpretación, sigue siendo víctimas de los nervios. "Siempre piensa que pueda pasar algo... Este año igual me quedo en blanco". Para que eso no ocurra, tiene apuntador. Este año Víctor Carbajal acompañará al poeta. Antes, la comisión de fiestas bajará el barco que hace de escenario hasta la plaza de La Ribera. Desde allí, Cesáreo Marqués, de pie, se dirigirá al público. Dice este pixueto que si la fiesta de San Pedro es de Interés Turístico Regional es porque tiene algo especial. "No hay nada igual en toda Asturias".

Antaño, la fiesta estaba más dirigida a los marineros. El compositor y recitador de l'Amuravela recuerda que el sermón tiene mucho contenido del sector. Hoy en día las cosas han cambiado, como lo ha hecho la pesca. "Ya no se lleva tanto tiempo de l'Amuravela por razones evidentes: en Cudillero no tenemos tanta flota ni tampoco tantas personas interesadas en el mar ni en la actividad pesquera".

Lo que promete este pixueto de nacimiento y miembro de la comisión de fiestas es mantener viva la atención durante media hora. Y es que si hay lago que distinto en l'Amuravela es su tono jocoso y su humor "de todos los colores". "Que nadie se enfade", señala Marqués.

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