Si de algo están orgullosos los boaleses es del legado que la emigración ha dejado en su concejo. El esfuerzo de aquellos que buscaron fortuna al otro lado del Atlántico, los "americanos" como se conocen aquí, se concretó en villas, lavaderos y, sobre todo, en un impulso a la educación a través de las escuelas que se levantaron con fondos donados por los emigrantes, una en cada pueblo. Desde ayer, los visitantes de la villa ya pueden identificar, conocer y bucear a fondo en la historia y las anécdotas de cada edificio emblemático, gracias a la denominada "Ruta real".

A través de una docena de paneles instalados en puntos clave se crea un itineriario que coincide con los pasos de los Reyes en su visita del pasado 25 de octubre con motivo del acto de entrega del premio "Pueblo Ejemplar": desde el alto de Llaviada, donde aterrizó el helicóptero, hasta el Museo de la Apicultura, donde dos Felipe y doña Letizia probaron la famosa miel de Boal, pasando por el lavadero en el que la Reina saludó a las mujeres que frotaban con sus manos la ropa, todo está perfectamente explicado, en español y en inglés, y acompañado de un código para acceder a más información a través de dispositivos electrónicos. Gracias a la colaboración del profesor José Manuel Prieto, la historia de la emigración queda perfectamente plasmada en la ruta.

"Es una iniciativa que permite mantener vivo el recuerdo de aquella jornada histórica, así como dar realce al acervo cultural de nuestro pueblo", señaló en la inauguración de la ruta Gloria López Téllez, representante del movimiento asociativo y vecinal que impulsó el proyecto. "Queremos dar a conocer nuestra arquitectura, nuestra gastronomía, nuestra historia milenaria, para promocionar Boal y su concejo".

Para Fernando Rodríguez, presidente del colectivo de hostelería "Destino Boal", impulsor de la idea, la introducción de las nuevas tecnologías ofrece "una experiencia diferente, dinámica y fácil para el viajero", que se puede actualizar. "Esperamos que este proyecto contribuya a que Boal sea más conocido y que tenga una repercusión económica positiva".

Cristina Álvarez Solís, de la Consejería de Turismo, alabó la capacidad de "convertir en un recurso turístico algo que fue un gran evento".

A su vez, el alcalde de Boal, José Antonio Barrientos, destacó el tino del colectivo vecinal "a la hora de invertir los siempre escasos fondos cuando lo que se persigue es alcanzar al mayor número de beneficiarios posible".