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La Villa Blanca adelanta su agosto

La capital valdesana recupera su tirón turístico gracias a los peregrinos, a la promoción del boca a boca y a las mejores comunicaciones por carretera

Visitantes paseando por el centro de Luarca. A. M. SERRANO

Luarca supera la crisis del turismo. La conocida como Villa Blanca de la Costa Verde vuelve a lucir en casi todo su esplendor en materia turística. La oficina de atención al visitante registró en los primeros cinco días de apertura de julio 1.462 consultas (1.236 nacionales y 226 extranjeras), casi medio millar más que en el mismo período del año pasado. El secreto está en "la playa urbana, la tranquilidad, el paisaje y en las posibilidades de encontrar ambiente". Al menos, esa es la opinión de los turistas consultados por este diario. Encarnación Laguna es una de ellas. Visita Luarca casi todos los veranos desde que se casó hace 42 años con un luarqués que supo transmitir a su familia la pasión por la capital de Valdés y por el concejo. "Fallamos poco y desde luego ni con más posibilidades económicas cambiaríamos el destino; tiene de todo", detalla.

En Luarca, la época de crisis la acusó especialmente el sector hostelero y hotelero. El presidente de la asociación de turismo Valdés-Luarca, Evelio Sánchez, considera que este "bajón", en vista de los números de la oficina de Turismo y también del ambiente que se observa día a día, "está relativamente superado". A los visitantes habituales, es decir, los que tienen familia en Luarca o una segunda residencia, se suman los peregrinos del Camino de Santiago que se alojan en el albergue de reciente construcción, y las familias, grupos o parejas que nunca visitaron la villa y que se quedan semanas, quincenas e incluso meses enteros. Pilar Verdeja pertenece al grupo de peregrinos. Hace el camino de Santiago con sus primos, todos madrileños. Salieron de Soto de Luiña y decidieron parar en Luarca para conocer un poco más "una villa de que la tanto se habla". "¿Lo que más nos gustó? Mirar al puerto desde La Carril", detalla.

A la afluencia de turistas llegados de distintos puntos se suman los asturianos del centro de la región que, gracias a las mejores comunicaciones (con la Autovía del Cantábrico, Avilés y Luarca están separadas por sólo media hora), disfrutan de las tardes en Luarca y después vuelven a sus casas. "Sales de trabajar y, si haces un plan, mejor que sea fuera de la rutina y de la ciudad", comenta Sara García, de Oviedo.

Los veranos de Luarca eran muy conocidos y la villa muy visitada en la época de los noventa. Con la consolidación de nuevos destinos en el Occidente, como Cudillero, Tapia de Casariego e incluso Castropol, y con la crisis económica, las visitas descendieron. Según la directora de la oficina de Turismo de Luarca, Carmen Sánchez, los visitantes que acuden a este punto de información suelen conocer Luarca de oídas. "Muchos preguntan directamente por cosas que les interesa ver, como el cementerio", detalla.

El camposanto es especialmente interesante para muchos por sus vistas. Mira al Cantábrico y fue catalogado como uno de los más bonitos de España por los internautas. Los visitantes también muestran interés por el paisaje y por los elementos que identifican la villa, como el faro, la mesa de los mareantes y los miradores de El Chano y La Funiar.

El Ayuntamiento de Valdés ha decidido ampliar el horario de la oficina de Turismo y también la plantilla ante la cada vez más numerosa presencia de visitantes. El centro estará abierto al público de 10.30 a 13.45 horas, y de 16 a 19.15 horas. En este edificio también es posible ver la exposición dedicada al premio Nobel de Medicina Severo Ochoa, un luarqués recientemente elegido como el español más universal de la historia contemporánea.

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