La nanotecnología será una herramienta muy útil en la medicina del futuro. Investigadores científicos como Amador Menéndez (Oviedo, 1969) trabajan para que esta fantasía se convierta en realidad. Desarrolla su labor en el Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias (ITMA) y ayer expuso los avances en la materia en el Hospital de Jarrio.
-Su ponencia se titula "Tecnologías de la información: de lo inerte a lo vivo".
-Estamos viviendo en estos momentos la era de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Y eso es porque hay una tecnología que lo hace posible. Pero, siendo justos, deberíamos decir que la era de la información ya comenzó cuando el primer ser vivo apareció en el planeta. El ADN codifica la información de lo que todos seremos. Pero mucho más: un ser vivo puede ser planteado como un sistema de información. Cuando muevo una mano, mis neuronas piensan que la quiero mover, y envían esa información, por el sistema nervioso, mediante impulsos eléctricos. Quiero plantear esa analogía entre lo inerte, los ordenadores, y lo vivo, y ver que los dos son sistemas muy complejos de información. Se trata de analizar cómo la nanotecnología nos proporciona herramientas para tratar de comprender cómo funciona este sistema de información que es el ser vivo y, en un segundo paso, repararlo si hay daños.
-¿Cómo puede esa nanotecnología influir en la salud?
-Tiene varias aplicaciones en el ámbito médico. Una de ellas pueden ser los fármacos inteligentes. A día de hoy, cuando tenemos cáncer y se nos suministra un fármaco, se mata a las células cancerígenas y a las sanas. Se han desarrollado nanopartículas inteligentes que selectivamente matan las células cancerígenas dejando intactas las sanas. Eliminaremos todos los efectos secundarios que hoy en día están asociados a la quimioterapia. Una aplicación de la nanotecnología son, por tanto, terapias contra el cáncer. Muchas de ellas están en el laboratorio y llegarán al mercado.
-¿Pueden ayudar igualmente en el diagnóstico?
-Sí. A día de hoy, cuando nos detectan un cáncer, ya está avanzado. No tenemos técnicas suficientemente precisas para detectar el cáncer en los estados iniciales. Con la nanotecnología aparecen herramientas que nos permitirán detectar antes la enfermedad, y será más fácil su curación. Y otra gran aplicación es la medicina regenerativa. El problema en los trasplantes son los pacientes que se mueren esperando por un órgano que nunca llega. Se están empezando a crear tejidos y órganos artificiales que pueden ser implantados en el ser humano. Y un cuarto punto es el estudio del cerebro, la gran incógnita de la ciencia. Gracias a la optogenética, mediante la luz, se pueden entender las funciones de los diferentes grupos de neuronas. Si entendemos el cerebro, en un segundo paso podremos curarlo.
-¿Significa que se podrían llegar a curar enfermedades como el alzhéimer?
-A día de hoy, está en una etapa de ciencia básica. Pero sí, en un futuro ése es el sueño. Una vez que conozcamos su funcionamiento, podremos saber qué partes están dañadas, para repararlas y dejar el resto intacto.
-¿Cuánto se tardará en poder utilizar la nanotecnología en medicina?
-En cuanto a la optogenética, yo creo que, en el plazo de medio siglo, se avanzará mucho. Hay otros campos que ya están emergiendo.
-¿Habrá dilemas éticos en el uso de estos avances?
-La tecnología avanza muy rápido, y se habla del transhumanismo, es decir, de poder desarrollar tecnologías que superen las capacidades humanas actuales. Con la biónica podríamos crear una pierna que supere la pierna biológica real. Eso plantea conflictos. Creo que el papel de la tecnología es eliminar discapacidades. Si somos capaces de mantener esa línea, se harán grandes avances sin plantear problemas éticos.
