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Abres despide a los peregrinos

Una treintena de hijos de militares realiza la tradicional parada en la iglesia veigueña en su peregrinación a Compostela

Foto del grupo junto a la iglesia de Abres, justo antes de emprender la caminata. TANIA CASCUDO

El madrileño Guillermo Gómez decidió por recomendación de su hermano apuntarse al campamento de peregrinación a Santiago que desde hace once años organiza la Dirección de Asistencia al Personal del Ejército de Tierra (Diaper). "Él ya lo hizo y me dijo que era muy divertido, así que me apunté para vivir la experiencia", precisa Gómez, que es uno de los 34 chavales que desde el domingo caminan con paso firme por la ruta jacobea. Ayer cumplieron con la tradición y pararon en la iglesia veigueña de Abres para sellar sus credenciales.

Los jóvenes, todos hijos de militares, con edades comprendidas entre los 14 y los 17 años, proceden de diferentes puntos del país. La mayoría se enrolan en esta aventura atraídos por el reto de lograr un objetivo común, como destaca el coordinador y médico de la expedición, Antonio Díez. "Se apuntan sobre todo por la experiencia de hacer una tarea con esfuerzo, pero todos juntos, disfrutando y colaborando. Al final ese ambiente es lo que más les llena", precisa.

La Diaper ha introducido en esta edición algunos cambios como la salida de la ruta que no partió de Avilés, sino de Castropol. Además este año no llevan autobús de apoyo, así que los jóvenes caminan hacia Compostela con todo el peso de sus mochilas. Si todo va bien el grupo, que va acompañado por diez monitores, llegará a la capital gallega el próximo 12 de agosto.

El coordinador explica que la primera etapa de su caminata, de Castropol a Vegadeo, estuvo muy bien pues la realizaron por la senda original, huyendo de la carretera nacional. La etapa de ayer comenzó en Vegadeo y terminó en la localidad lucense de A Pontenova. En este caso, precisa Díez, la ruta tiene especial significado para ellos ya que hace tres años ayudaron a marcar parte del itinerario y aún siguen vivas sus flechas.

Ya es tradición que los jóvenes de la Diaper sean recibidos en Abres por integrantes de la Asociación Astur-Galaica de Amigos del Camino de Santiago y ayer no fue una excepción. El colectivo mima a esta expedición pues es uno de los grupos más numerosos de cuantos utilizan la salida original del Camino por Vegadeo en lugar de optar por el paso por el puente de Los Santos, entrando a Galicia por Ribadeo.

La asociación, que está de enhorabuena por la reciente decisión de la UNESCO de declarar Patrimonio de la Humanidad el Camino del Norte, aprovechó la recepción de los peregrinos para volver a reivindicar la importancia de disponer de un albergue en la localidad de Abres. La presidenta del colectivo, Hortensia Araújo, precisó que la anterior corporación veigueña entabló una negociación con el Arzobispado de cara a la cesión de la casa rectoral de Abres. Sin embargo no hubo acuerdo ya que el Arzobispado planteaba una cesión por 30 años frente a los 50 que pedía el Ayuntamiento. Araújo cree que a los responsables municipales les faltó interés y por eso pide a la nueva corporación que lo retome para evitar que la casa rectoral termine cayéndose sin proyecto. El edil de Cultura, Abel Pérez, acudió ayer a la recepción y se comprometió a retomar la negociación con la iglesia asturiana, aunque dejó claro que el Ayuntamiento no tiene capacidad económica para asumir la obra del albergue con fondos propios.

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