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La baja temperatura del agua del mar provoca una invasión de algas en la costa

"No hay una plaga, ni son malas ni peligrosas", señala el biólogo David Álvarez - La ribazón de plantas marinas llega a Cudillero tras afectar a Tapia y a Navia

Un grupo de bañistas, ayer, pasando sobre las algas en San Pedro de la Ribera. G. GARCÍA

La ribazón de algas a las playas del litoral occidental asturiano ha sorprendido esta semana a los bañistas del arenal de San Pedro de la Ribera, uno de los buques insignia del verano en Cudillero. Cientos de kilos de plantas marinas se amontonan en un extremo de este enclave, aunque apenas causan molestias a los usuarios. Una situación, la de la acumulación de algas, que continúa generando problemas en Tapia o Navia, pero que los expertos consideran algo "natural" y que "ha pasado siempre", a pesar de que en los últimos años no se habían producido episodios como éste debido a las altas temperaturas del agua.

Los bañistas que aprovecharon la jornada de ayer para visitar San Pedro de la Ribera se encontraron de bruces con las algas. Tan sólo afectan a un extremo de la playa, pero son visibles desde lejos y causan sorpresa a quien no está habituado a ellas. De hecho, la zona afectada era la menos concurrida de toda la playa. "Es algo natural, y de momento no nos ha llegado ningún tipo de queja por este tema", confirma Verónica Pardo, teniente de alcalde de Cudillero, en donde aún no se ha planteado ningún tipo de medida.

Sí lo hacen en Tapia de Casariego, donde los operarios se afanan en devolver las algas al mar, dada la invasión que sufren, sobre todo, las playas del Murallón y A Ribeiría. De hecho, en la jornada de ayer fue necesario el uso de una pala mecánica municipal para realizar pasillos entre la masa de plantas marinas para que los usuarios gozasen de un acceso al agua del mar. De momento, y como confirmó el regidor Enrique Fernández, la intención es mantener el operativo para tratar de minimizar el impacto de la ribazón.

Una situación que, lejos de ser extraña, es lo común y natural. Así lo considera David Álvarez, doctor en Biología por la Universidad de Oviedo y experto conocedor del litoral asturiano. "La aparición de algas, sobre todo las algas pardas, que llegan ahora a las playas, hace unos años era lo más normal. Siempre ha pasado que, después de los temporales, había una ribazón de algas. Lo que sucede es que en los últimos años, las laminarias y el fucus se habían fijado poco en el fondo del mar, seguramente por el aumento de la temperatura del agua. Había pedreros cargados hasta arriba en los que desaparecieron completamente", explica, basado en los diversos estudios llevados a cabo por la universidad ovetense, que corroboran esta disminución desde hace unos diez años.

"Este año, seguramente porque el verano pasado el agua del mar estuvo más fría, volvieron a aparecer, en menos cantidad que hace años. Pero la gente tiene una memoria muy frágil", incide el biólogo. Señala que es algo "natural que, tras las marejadas, las algas se sueltan del suelo, y con las mareas quedan en la orilla. No hay ninguna plaga ni nada por el estilo", asegura Álvarez.

Considera, además, que las algas son "fundamentales" para la vida marina. "Y lo que no es natural es retirarlas como a veces se pide. No es malo, ni es peligroso. La mar no es una piscina", destaca, explicando que son una fuente de alimento para las especies que habitan en el agua salada.

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