La rula de Puerto de Vega despachó durante este verano un total de 6.918,90 kilogramos de percebe, en una campaña estival que la cofradía de pescadores Nuestra Señora de la Atalaya califica de "exitosa". Desde el 13 de julio hasta el pasado día 21, los cinco planes de explotación del Occidente abrieron la veda en ciertas piedras, permitiendo una extracción controlada que ha supuesto "un respiro" para la economía de muchos mariscadores y para la de la propia lonja naviega, una de las más activas en la subasta de este crustáceo en el norte de España.
Esas casi siete toneladas de percebe generaron una facturación de 203.473 euros en Puerto de Vega. El precio medio del kilo de percebes se situó en 29,47 euros y su máxima cotización se alzó hasta los 118 euros, mientras que el kilo de percebe a menor precio salió por unos siete euros.
Las cifras tienen poco que ver con las del pasado verano, cuando sólo se permitió faenar en los planes de Viavélez, Ortiguera y Puerto de Vega. Entonces se subastaron en la cancha de la rula de Puerto de Vega un total de 1.657 kilogramos, a un precio medio de 28 euros por kilo, y con una cotización máxima de 99.
La medida, tomada de forma experimental por parte de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos para aumentar la rentabilidad de las piedras y evitar el furtivismo, a petición de las propias cofradías, ha sido "un éxito rotundo un año más", según opina Marcelino Gión, secretario de la lonja de Puerto de Vega. "Ha dado trabajo a mucha gente, a cinco planes, con una asistencia de mariscadores muy alta", asegura Gión, quien señala que la calidad ha sido buena en relación a las piedras que se han abierto.
Estas piedras, elegidas por consenso con los propios trabajadores, se mantendrán cerradas durante la campaña tradicional de invierno, la que irá desde el próximo 1 de octubre hasta el 29 de abril de 2016.
Explica el secretario de Puerto de Vega que el mar ha estado en buenas condiciones para el desarrollo del trabajo de los perceberos sobre las rocas, aunque agosto ha estado un poco más revuelto que julio.
En cuanto a los compradores, reconoce que se ha creado una gran atención sobre el producto de la comarca. "Siempre ha habido gran número de mayoristas: alguno llegado de Galicia, otros del Oriente, de Avilés..., además de los de aquí", explica. No ha quedado material por vender en ninguna de las subastas.
Los beneficios para la cofradía son obvios: "Esto supone un gran respiro para las arcas de la entidad", apunta Gión. A ello se suma el interés que se ha captado de los visitantes estivales, al ser la de Puerto de Vega una rula pionera en explotar turísticamente el hacer diario de los marineros. Las subastas fueron la estrella de las visitas guiadas.
