Un ejemplar juvenil de buitre negro sorprendió a los tapiegos el lunes por la tarde, paseándose por las inmediaciones del faro de Tapia. A media tarde, una vecina alertó a la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma) del hallazgo, y los voluntarios de la entidad se desplazaron a la zona para comprobar el estado del ave.

El presidente de la Cepesma, Luis Laria, precisa que la presencia de esta especie en la costa "es muy rara", y por tanto califica de "anécdota" la visita a Tapia de este ejemplar, que, incluso, "se metió en el agua". Laria cree que se desvió de su camino por "los fuertes vientos del sudoeste".

Los voluntarios de la Coordinadora vigilaron al animal durante su presencia en la villa. Apuntan al estado de "agotamiento" que pudo propiciar su parada en el puerto, ya que físicamente no tenía ningún problema.

Laria explica que muy pocos buitres negros se ven en Asturias. El último que rescataron apareció en Siero en el año 2008 y se curó de la intoxicación que presentaba en el valdesano Parque de la Vida. Ahora forma parte de una colonia establecida en los Pirineos, donde, además, "es uno de los protagonistas".