Los reproductores que generan la bautizada como ostra autóctona o cien por ciento asturiana se recogen en la ría de Ribadesella por ser un estuario "virgen". Explica la bióloga Carmen Rodríguez que allí no hay cultivo, ni tampoco se ha introducido molusco foráneo. Es, por tanto, una ostra ideal para el proceso, pues "está libre de patógenos".

En esta segunda campaña se utilizarán, junto a los reproductores riosellanos, algunos de los que nacieron en 2012 en el centro castropolense y que crecieron en la ría del Eo. El objetivo final, incide Rodríguez, es que se pueda cerrar el ciclo completo en el estuario que baña Castropol.

La ostra sigue el camino que el Centro de Experimentación Pesquera castropolense desarrolla desde hace una década con la almeja y el oricio. De la primera se obtienen juveniles (entre 800.000 y un millón) para repoblar las rías del Eo y de Villaviciosa, mientras que el erizo de mar (unos 10.000 ejemplares al año) sirve para repoblar los bancos de la zona occidental.

El reto pendiente de este centro, en el que trabajan actualmente cinco personas, es criar pulpo en cautividad. Durante cinco años, el centro formó parte de un proyecto nacional de investigación, que se cerró al agotarse la financiación. En Castropol no se rinden y siguen haciendo experiencias aisladas "a pequeña escala". Dice Rodríguez que el problema es la supervivencia a partir de los dos meses de vida: "Creemos que es un problema fundamentalmente nutricional".