El arqueólogo subacuático Miguel San Claudio capitaneó ayer una expedición encargada de analizar unos restos de madera y cerámica descubiertos a finales del año pasado bajo el puente de los Santos -que une Asturias y Galicia sobre el Eo- por un grupo de buceadores ribadenses. Aunque la hipótesis de partida apuntaba al hallazgo de un barco de grandes dimensiones y valor, finalmente todo parece indicar que se trata de materiales procedentes de diferentes embarcaciones y que podrían datarse entre los siglos XVI y XIX. Para San Claudio lo más importante es constatar una vez más "la riqueza patrimonial" que la ría del Eo esconde bajo sus aguas.

"Cada vez que nos sumergimos en este espacio siempre sorprende por la cantidad de material arqueológico que alberga en el fondo", precisa este profesional, encargado de descubrir en 2011 el bautizado como galeón de Ribadeo, un buque que data del siglo XVI y que está considerado como uno de los barcos de su época mejor conservados del mundo.

El pasado 27 de diciembre un grupo de buzos del Centro de Actividades Subacuáticas (CAS) Costa de Lugo, de Ribadeo, se encontró de forma casual con un buen puñado de restos arqueológicos bajo el puente de los Santos y en la zona gallega de la ría. Rápidamente dieron parte del hallazgo a los responsables de Patrimonio y también a San Claudio, gran conocedor del estuario. El tamaño de los restos de madera (algunos de alrededor de diez metros de largo) apuntaron a un pecio de grandes dimensiones e incluso se llegó a especular con que se tratara de otro galeón.

El interés del hallazgo puso en marcha la expedición realizada ayer en la que participó un equipo de buzos de la Armada, San Claudio y personal de Patrimonio de la Xunta de Galicia, guiados por cuatro buzos del CAS Costa de Lugo. Sin embargo, el análisis de los restos dio al traste con las altas expectativas generadas. "No hemos encontrado barco, sí que hemos encontrado mucha madera pero no están en conexión, están aisladas unas de otras. Son maderas estructurales pero, al estar sin conexión, pudieron ser arrastradas de otros pecios de la ría", aclaró.

No obstante, sí que se encontraron un buen número de materiales como restos de cerámica, vajillas, balas y tres anclas. Los buceadores sacaron a tierra parte de los restos, que posiblemente afloraron tras los temporales de mar de finales de año, para estudiarlos y analizarlos en detalle. "Al tratarse de un fondeadero lo que estamos es recogiendo la cultura material a lo largo de un periodo muy dilatado de tiempo. Acabamos de salir del agua, pero en una primera inspección hemos podido entender que hay materiales del siglo XVI al XIX", apuntó este experto en arqueología subacuática.

"Hay que pensar que el puerto de Ribadeo es una zona muy visitada a lo largo del tiempo y los miles de barcos que han venido pues han ido dejando restos materiales", añadió San Claudio quien no se mostró decepcionado por no localizar un nuevo pecio sino "ilusionado por comprobar que la riqueza de la ría se extiende a otros puntos nuevos como este". San Claudio explica que es imposible sacar a tierra todos los restos del fondo de la ría, pero sí aboga por "recuperar aquellos elementos que tengan más interés desde el punto de vista científico y patrimonial y ponerlos a salvo como restos materiales de un pasado que no debemos olvidar".

El jefe del Servicio de Arqueología de la Xunta, Roberto Pena, precisó ayer que las piezas rescatadas ayer se trasladarán al museo de Bueu (Pontevedra) para su análisis y restauración.