"Atiendan sus señorías a lo qu'agora va acontecer. La historia d'un casoriu qu'a tol mundo va conmover." Con estas palabras, pronunciadas por el personaje del ciego, dio comienzo la comedia principal, que pueblo por pueblo, los guilandeiros de Tineo representaron ayer para ser merecedores del aguinaldo que pretenden recibir de sus vecinos.

La representación "El casoriu" se centra en la historia de amor de Joselín y Alvarina que intentan casarse, aunque en el transcurso de la ceremonia se van encontrando con dificultades que interrumpen la boda. La comedia fue creada por los propios guilandeiros, puesto que del pasado no ha quedado constancia de ninguna por escrito. "Tenemos datos de que antes de la guerra los guilandeiros hacían comedias por los pueblos, pero no hemos podido recuperar ninguna", comenta Elías Veiga, uno de los impulsores de la recuperación de la tradición en Tineo.

Además de la comedia, cada uno de los 33 personajes que componen la comparsa tiene su papel. El ángel de la guarda reparte abrazos, la gitana, ramitas de romero y la maestra, caramelos a los más pequeños. Aparte, hay una embarazada a punto de dar a luz, el diablo en madreñas que lanza sus sentencias, representantes de diferentes oficios e incluso algún indiano recién llegado de las Américas. Para abrir la comitiva no faltan los personajes más antiguos, el vixirigueiru y los xamasqueiros, que este año contaron con la ayuda de un joven de seis años.

"Pretendemos que los guajes sigan la tradición, tiene que ser una cadena y son ellos lo que tienen que continuar con esta costumbre que pasó tantos años metida en un baúl", enfatiza Rosa Fernández Delgado.

Con todos estos personajes en acción, la mascarada de invierno tinetense se convierte en una de las más numerosas de toda la región. Todos ellos han sido rescatados del pasado del concejo a partir de un trabajo de campo bastante exhaustivo que se decidió poner en práctica hace cinco años llevando de nuevo a los guilandeiros a los pueblos del concejo.

"Si hoy viniesen todos los personajes que tenemos documentados seríamos unos 50", comenta Veiga. La primera parada ayer de la comitiva, después de acabar de prepararse en Tineo, fue el pueblo de Santullano donde los recibieron varios vecinos. Entre ellos, Elena Rodríguez a quien los enmascarados le trajeron el recuerdo de su padre, que formaba parte de los guilandeiros de la zona. "Me contaba que iban por los pueblos de la zona y echaban el día, pero yo nunca lo vi porque dejó de hacerlo antes de casarse en 1946", comentó Rodríguez.

Las localidades de Eiros, Porciles, La Mortera y Luciernas fueron las siguientes en revivir la tradición y recibir a los guilandeiros con cuantiosas viandas y bebida. La próxima cita, el próximo Carnaval.