De seguir esta tendencia las organizaciones de los desfiles de Carnaval de la comarca deberán plantearse incluir una categoría específica para premiar al pueblo más carnavalero. En ese caso la parroquia tapiega de Campos y Salave sería una firme candidata al galardón ya que, por segundo año consecutivo, ha logrado implicar al vecindario en un proyecto conjunto para disfrutar del Antroido. En Barres (Castropol), donde se han apuntado a esta moda, confirman que la iniciativa no solo les permite pasarlo bien, sino estar más unidos que nunca.

Cuenta la tapiega Yolanda Fernández que el año pasado decidieron recuperar una antigua tradición de la parroquia y trabajaron para involucrar a la mayor cantidad de gente en el Carnaval. Fue así como nació el grupo El Campillín, en alusión al río que une los pueblos de Campos y Salave. Lograron movilizar a un centenar de personas y poner en escena un gran circo, que salió con premio de varias de sus actuaciones. Este año cambiaron el circo por el lejano oeste y sumaron algún que otro componente al equipo. El resultado fue el mismo: buen ambiente y diversión.

"Cuando decidimos animarnos se lo dijimos a todo el mundo y la verdad es que casi todas las casas tienen a algún representante en el grupo", precisa Fernández. Por su parte, Antonio Serantes explica que la actividad, aunque da mucho trabajo, une mucho al vecindario: "Está todo el mundo muy unido. Además no se trata de ir a concursar, sino de pasarlo bien". Este año el mal tiempo jugó en su contra y, por eso, de momento solo han participado en el desfile de Tapia donde se llevaron el primer premio de la categoría de carrozas.

En octubre decidieron la temática y se dividieron en grupos para empezar a hacer realidad su idea del lejano oeste. Les obligó a "coser mucho" y buscar inspiración en un buen puñado de películas, pero mereció la pena: su puesta en escena fue muy comentada por la variedad de sus personajes y la cuidada vestimenta del colectivo tapiego, integrado por gente desde uno a casi setenta años.

También es amplio el rango de edad del grupo que se creó en Barres y que logró implicar a alrededor de medio centenar de vecinos. "Aunque no todos se disfrazaran sí que se involucraron todas las familias. El pueblo se volcó y, de hecho, los que no desfilan nos acompañan de público para darnos ánimos. Presta mucho", precisa Patricia Fernández. En el caso de Barres la idea partió de la Comisión de Fiestas con el fin de recaudar fondos para los festejos locales. "Se nos ocurrió al pasar la Cabalgata, primero lo contamos a los allegados, luego lo pusimos en el Facebook y ya empezó a llamar la gente. No contábamos con tantos", añade.

Decidieron vestirse de algo vinculado a la playa de Penarronda, pues "es lo más guapo y representativo que tenemos en el pueblo", y ahí surgió la idea de recrear lo que podría ser una temporada de baños en 1920. Para llegar a tiempo a su estreno en el desfile de Vegadeo fueron necesarias largas jornadas de trabajo, pero aseguran que mereció la pena: "Ganamos premios, pero también lo pasamos bárbaro". Se llevaron el primer premio de Vegadeo, Tapia y Ribadeo y este fin de semana probarán suerte en la mariña lucense, con la participación en los desfiles de las localidades de Mondoñedo y Lorenzana.

Tanto Salave como Barres recomiendan la experiencia y prometen seguir dando guerra en las celebraciones de Antroido.