El estreno de la película documental "Escombro", del periodista y realizador Jaime Santos, consiguió llenar el auditorio de Pola de Siero, donde se proyectó el domingo coincidiendo con la celebración de las novenas Jornadas de las mascaradas de invierno. "Escombro: una historia a cielo abierto" narra, con la ayuda de "Os Reises" -la mascarada de Tormaleo-, la situación en la que quedó la parroquia tras años de explotación minera a cielo abierto.

A pesar de que el público era muy diferente y, en muchos casos, desconocedor de la zona y de la problemática de Tormaleo, "la gente entendió el mensaje y le gustó; además, el público se rió mucho y también se emocionó", comenta el creador de la cinta, Jaime Santos.

Con el humor y la sátira que caracterizan a "Os Reises" la película enseña el estado actual de la parroquia ibiense, paisajística y socialmente, después de doce años de explotación a cielo abierto. De hecho, uno de los lemas del documental es el símil que se establece entre la minería y la mascarada: "Todos reímos cuando llegan 'Os Reises', pero cuando se van nos dejan la casa sucia y la cartera vacía".

Así se repasan "las irregularidades más chocantes", que pasan por la certificación de la restauración de la balsa de Tormaleo, "que actualmente es un peligro para los pueblos situados debajo, ya que el agua se sigue colando y amenaza con reventar", explica Santos, y por la desaparición del cementerio de Pandelo, en el que los propios trabajadores se encargaron de trasladar los restos enterrados sin ningún tipo de control, según denuncian los vecinos. También se habla del Parque Natural, que abarca zonas en las que se explotó el mineral y en las que "el Principado certifica que hay pastos cuando lo que hay allí es sólo escombro", subraya.

Al final, la película muestra cómo la mina "se lo llevó todo". Desde la fiesta que se celebraba desde tiempos inmemoriales en la Campa de Tormaleo hasta el cementerio, las huertas y los prados, además de privar de futuro a la población de la zona, "porque la posibilidad de tener ganado quedó reducida, sin pastos, y la opción del turismo rural no tiene mucha esperanza con las vistas que hay hacia una escombrera", apunta Santos. No obstante, también se deja ver el lado positivo, el de unos vecinos que no se rinden, "que se vuelven a juntar para hacer la mascarada y que, con buen humor y ganas de vivir, reivindican la restauración de la zona y el trabajo", apunta Santos, quien espera que "Escombro" sirva para que "los que tengan que avergonzarse, lo hagan".