Un pequeño grupo de residentes de la residencia "El Mirador", en Tineo, compartió ayer una parte de sus historias vitales con "Cala", una perra labrador que forma parte de la asociación Terapias con Labradores ("Tea"). La intensa vida de Aurelí Fernández en Argelia y Francia, la dura juventud de Regina García, a la que su padre concertó un matrimonio que finalmente no se llevó a cabo, y los recuerdos de las mascotas que compartieron con ellas su vida, bien ayudándoles con el ganado o haciéndoles compañía, fueron algunas de las historias que surgieron en el proyecto "Compartiendo vidas".
Es la primera fase de lo que pretende ser un pequeño documental que recogerá las historias de algunos de los residentes, con el objetivo de que "quede constancia de su vida, de cómo vivieron, y contado por ellos", explica Raquel González, animadora sociocultural de la residencia. En este proyecto se logra que el perro, "Cala", sea un hilo conductor, la pieza que haga a los mayores recordar anécdotas de su pasado, historias que hagan conectar al grupo en una conversación.
