La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

PABLO CARBONELL | Artista, presenta hoy en Ribadeo "El mundo de la tarántula"

"Este espectáculo es lo más honesto que he hecho; es un autorretrato, es real"

"Creo que el país ha ido a peor, por lo menos en libertad de expresión; ahora se cuestiona mucho lo que dices"

Pablo Carbonell. REPRODUCCIÓN T. C.

Pablo Carbonell (Cádiz, 1962) atiende a LA NUEVA ESPAÑA desde su ático de Madrid, recién levantado tras una noche "habitual" de insomnio, y en proceso de búsqueda y captura de su hámster. El polifacético artista andaluz estará hoy a un paso del occidente de Asturias, en concreto en la localidad lucense de Ribadeo, para presentar su espectáculo "El mundo de la tarántula", inspirado en el libro autobiográfico del mismo nombre que salió a la luz el pasado miércoles. La función comenzará a las ocho y media de la tarde en el auditorio municipal Hernán Naval; las entradas se venden a 15 euros.

-¿Cuál es la recomendación, leer primero el libro o ir al teatro?

-Creo que es primero la obra y después viene el libro. La obra es muy potente porque es un autorretrato, es todo real.

-¿Con qué se va a encontrar el espectador hoy en Ribadeo?

-He tratado de reunir acontecimientos de mi vida que puedan tener interés artístico y he buscado en mi memoria las canciones que significaron algo en mi vida. Que el público venga con pocas expectativas porque así se lo pasará mejor.

-¿Por qué escribir una autobiografía siendo tan joven?

-Me lo dice mucha gente, pero tengo 53 años. Digamos que me lo pedía un poco el cuerpo. En un principio no iban a ser unas memorias sino un manual artístico, pero al final me ha quedado una cosa bastante autobiográfica y bastante desnuda.

-¿No da pudor?

-Da pudor, sí, pero he entendido que contar este tipo de cosas también podía ayudar a mucha gente, contarlas con naturalidad. Pero, ¿dónde está la frontera entre vender tu intimidad o, simplemente, ser sincero contigo mismo? Pues eso es algo que tendrá que descubrir el lector. Yo, desde luego, lo que quiero es ayudar.

-Habla abiertamente del consumo de drogas...

-He sido un consumidor muy moderado e informo que el arte te salva de esas situaciones. Afortunadamente, he sido capaz de separar lo de subirme a un escenario y drogarme, algo que mucha gente es incapaz de hacer si no está drogada. En mi caso, ha sido al revés. Aparte del dinero que pierdes, te puedes trastornar con más facilidad.

-¿Cuál es el mensaje del libro?

-El principal de todos es que hay que aprovechar el tiempo, tirarlo debería estar penado. Yo he descubierto que he perdido mucho el tiempo.

-De alguna manera, en su trabajo repasa los últimos treinta años del país ¿Estamos mejor o peor?

-Creo que hemos ido a peor, por lo menos en libertad de expresión, ahora se cuestiona mucho lo que dices o cómo lo dices.

-¿Cómo ve el panorama político actual?

-No tengo ninguna gana de hablar de política. La política está sobrevalorada. Se habla demasiado de política y de fútbol, vamos a hablar de nosotros mismos y de cosas bonitas.

-Inició su carrera artística en los años ochenta del siglo pasado y ha logrado mantenerse en el candelero todo este tiempo, ¿cuál es el truco?

-Yo he cambiado mucho de actividad, he saltado de una cosa a otra y, habitualmente, he caído de pie. Se consigue a base de no resignarse y de ser un cabezota y procurar no aburrirse. Le he echado mucho morro a la vida y también mucho valor y decisión. Me dejo llevar por el corazón más que por la cabeza.

-¿Algo de lo que esté especialmente orgulloso?

-Lo que me gusta más de mi mismo es mi capacidad de emocionarme. Este espectáculo es lo más honesto que he hecho nunca, en el que menos disfraces tengo. Quiero estar serio, emocionarme y recordar a los amigos muertos. Romper el ritmo e incluso llorar si me salen las lágrimas. Quiero yo mismo dejarme sorprender. Es un espectáculo muy salvaje y la mitad de las cosas las voy improvisando, las cuento como si se las contara a un amigo.

Compartir el artículo

stats