Pablo García Esteban es ingeniero agrónomo y funcionario de carrera que lleva trabajando en la Consejería de Desarrollo Rural desde 2004. Hasta su reciente nombramiento como director del parque natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, trabajó como jefe de negociado de obras de concentración parcelaria en el departamento de Infraestructuras Forestales y Agrarias. Llega a la dirección del parque con ganas de cambiar cosas y de lograr transformar un espacio natural que suscita polémica y conflictividad social en "una señal de identidad territorial para sus habitantes".
-¿Cómo ha sido su llegada a la dirección del parque?
-Mucho mejor de lo que me esperaba. Me había puesto en una tesitura bastante desfavorable, puesto que la trayectoria desde la declaración del parque natural en 2002 hasta la actualidad no se puede tildar de exitosa, y además las informaciones que había manejado es que existía bastante conflictividad social. Sin embargo, las diferentes visitas que estoy realizando, en cierta manera, desmienten esa idea demonizada que tenía. Me estoy encontrando bondades y buena disposición. Es verdad que hay un discurso bastante enérgico y crítico hacia el parque y la acción que se derivó de él, pero no es una crítica estéril y vacía, sino constructiva.
-¿Qué objetivos se plantea?
-Por un lado, necesitamos completar la composición de los órganos de gestión y actualizarlos y, además, vamos a intentar tejer una red tácita para que aquellos colectivos de la población que no tienen una representación de número en esos órganos, porque la ley no lo recoge, sean escuchados y no se queden fuera del debate. El segundo objetivo sería conseguir que el parque natural de Fuentes sea una señal de identidad territorial para todos los ciudadanos que lo habitan, que pueda ser un ejemplo para que los habitantes se sientan orgullosos y lo utilicen para unos fines decentes.
-Pero en este momento, propietarios de terreno incluido en el parque han llevado al instrumento de gestión (IGI) ante los tribunales. ¿Se teme que se anule como el anterior plan de gestión (PRUGA)?
-El anterior PRUG fue anulado por defectos de forma. Al IGI hay que darle un voto de confianza. Tengo interés en ver a lo largo de los años la aplicación de todo el abanico que despliega la regulación de usos del IGI porque así vamos a tener la verdadera información de qué elementos es necesario corregir y cuáles perpetuar.
-¿Cómo ve la apuesta de la comarca por el ecoturismo?
-Es una de las fortalezas del territorio y probablemente sea uno de los retornos que puedan constatarse de una gestión eficiente del espacio protegido. Muchas veces se habla de la relación que tiene la regulación de los usos y las condiciones y de las compensaciones y el retorno por ese condicionado. Pero es algo que no se puede establecer desde un ámbito cuantitativo porque se dejan fuera otros valores que el componente parque nos está abriendo. El que se esté cuidando un entorno y potenciando un valor paisajístico tiene como consecuencia que pueda existir un atractivo que da lugar a que se genere una economía que no era la base del territorio.
-¿Debe regularse el avistamiento de fauna?
-El avistamiento es una de las actividades que más se está demandando. Hoy día, ateniéndonos al IGI, una empresa de turismo está acreditada para poder realizar este tipo de actividades en el ámbito del parque porque lo único que se limita son los espacios por los que te puedes mover. El punto problemático está en la ciudadanía que se puede mover en las zonas de uso general y que puede adoptar posturas temerarias que tenemos que vigilar, porque un accidente en esos términos sería una alarma innecesaria que no beneficiaría a nadie.
-En unas semanas se celebra la carrera "Puerta de Muniellos". ¿Afecta su recorrido al urogallo?
-Estamos ante un expediente limpio, aunque puede someterse a debate. Se trata de una zona de distribución del oso pardo y del urogallo, pero vimos que no había un impacto directo sobre las especies. Además, la carrera cumple con dos objetivos del espacio protegido: mejorar la calidad de vida y promocionar los valores ambientales.
