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Los vecinos de Cibuyo recogen firmas para reclamar el arreglo de su escuela

Las familias se niegan al cierre del colegio, con 11 alumnos que se prevé aumenten en los próximos cursos, y descartan su traslado a Agüera

Los vecinos de Cibuyo recogen firmas para reclamar el arreglo de su escuela

La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del Colegio Rural Agrupado (CRA) Coto Narcea, al que pertenece la escuela de Cibuyo, en Cangas del Narcea, ha iniciado, con el apoyo de los vecinos de la parroquia, una recogida de firmas para exigir que se repare la escuela del pueblo. Las familias de los once alumnos que pertenecen a esta escuela, pero que desde diciembre de 2014 asisten a clase en La Regla, sede del CRA, por la aparición de problemas en el techo del edificio, se muestran molestos con la Consejería de Educación por no haberles notificado la decisión de desistir del arreglo del colegio y trasladar a los alumnos a la escuela de Agüera de Castañedo, cerrada hace varios cursos.

"Estamos indignados porque nos tuvimos que enterar por la prensa de la decisión de la Consejería, que desde marzo de 2015 no nos volvió a decir nada", denuncia la presidenta de la AMPA, Rocío Méndez.

La resolución, anunciada el pasado jueves en la sede parlamentaria por el consejero Genaro Alonso, de no reparar el daño estructural que tiene el edificio supone el cierre del colegio de Cibuyo, que actualmente tiene matriculados 11 alumnos, con perspectivas de aumento en tres más los próximos cursos. El coste de la obra es la razón que esgrime el Consejero para no acometer el arreglo, sumado a que a poca distancia de Cibuyo hay otras dos escuelas para trasladar a los alumnos, aunque ninguna de las opciones convence a los padres.

"El colegio de Agüera necesita una rehabilitación completa, calefacción, sólo tiene un aula y, además, no tiene patio y los niños tendrían que hacer Educación Física en un camino, así que es una idea que desestimamos", asegura Méndez. Continuar en La Regla podría ser una opción, pero los padres rechazan las condiciones actuales. "En La Regla son muchos niños y se redujo el equipo docente, ya que el de Cibuyo no se incluyó en el traslado y la mayoría de los profesores está a media jornada y compartidos con otros centros, lo que no permite hacer excursiones ni actividades por falta de personal", explica.

El colegio también se utiliza como centro social de la parroquia y colegio electoral, unas funciones que continúa cumpliendo a pesar del desprendimiento de parte del techo en un aula. Una circunstancia que desconcierta a los padres, que se preguntan por qué se permite su uso "si es tan grave el problema que presenta".

La escuela de Mieldes, perteneciente al CRA de Santarbas, también cerrará sus puertas el curso que viene al quedarse con una matrícula de tres alumnos. En este caso, el cierre es transitorio y podría producirse su reapertura si se recuperan los cuatro alumnos, pero las familias no confían en ello. "Es una cosa que no tiene sentido, no vamos a cambiar a los niños ahora a Bruelles y luego por un año volverlos a traer, tendríamos que obligarles a adaptarse a las diferencias de los centros continuamente y yo no lo voy a hacer, así que quedará cerrada para siempre", sentencia Cristina Menéndez.

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