El tapiego Pedro González se dedica al mar desde hace 21 años, pero nunca antes vivió una situación tan extrema como la de ayer por la mañana: faenaba al pulpo y a la nécora al este de Penedos Blancos, en Castropol, cuando un golpe de mar hizo encallar su embarcación y dos golpes después se tuvo que tirar al mar para salvar su vida. "Pasé mucho miedo y nervios", relataba horas después, más tranquilo, mientras se ocupaba de salvar algunos aperos que el mar arrastró hasta una cala de la ensenada castropolense de Espiela.

"Acababa de largar unas nasas, puse proa al norte para ir a por otra tira de nasas y noté que la lancha tocaba contra las rocas y no se movía. Vino otro golpe de mar y se escoró a estribor; al siguiente me tiré al agua", explica. La corriente y el fuerte viento del noroeste se lo pusieron difícil para llegar a la costa, pero el esfuerzo valió la pena y lo logró. Tuvo suerte de que pasaba un hombre por el sendero pegado al acantilado -una zona muy transitada pues es punto habitual de paseo para los castropolenses- y le pidió ayuda. Éste se apresuró para llegar al campo de tiro de Arnao, ubicado en las inmediaciones de la ensenada de Espiela, y desde allí dio aviso a la Guardia Civil que, de inmediato, se desplazó a la zona. "Se portaron muy bien", reconoce González.

Motor nuevo

El mar arrastró la embarcación, denominada "Perla del Eo", junto a las rocas, a un punto de difícil acceso, por lo que será complejo extraerla a tierra. González llevaba dos años con este barco de seis metros y medio que adquirió de segunda mano. "La lancha era vieja, pero estaba recién arreglada y con motor nuevo", comenta.

A sus 39 años es un experimentado pescador, profesión que heredó de su padre, que fue patrón mayor de la Cofradía de Tapia durante unos años. Ayer salió de Tapia dispuesto a aprovechar el último día de la campaña de pulpo pero, pasadas las diez de la mañana, el mar le jugó una mala pasada. "Tengo trabajado en peores condiciones", explica mientras trata de pensar cómo afrontar y superar este infortunio. Calcula que las pérdidas, que espera cubra el seguro, superarán los 12.000 euros.

Está siendo un año complicado para la Cofradía de Tapia, ya que este naufragio se une al de "El Rondelo", propiedad del también tapiego Baldomero Fernández, que se fue a pique el pasado mayo dos millas al norte de Tapia. También en esta ocasión los dos tripulantes de la embarcación, de ocho metros de eslora, salieron ilesos gracias a que fueron rescatados.