"Vamos a hacer la fiesta como lo hicimos toda la vida". Fue lo que vinieron a decir los organizadores de la suelta del pato de Cueva (Valdés) ayer, megáfono en mano, como colofón a la fiesta y para defender un juego que en los últimos tiempos está en el punto de mira de colectivos de defensa de los animales por supuesto maltrato al ave. El juego consiste en tirar un pato desde una barca en la desembocadura del río Esva para que los nadadores que participen lo cojan.

La expectación fue máxima ayer en Cueva. Tras el discurso, comenzó la suelta. Centenares de personas observaron desde la orilla del río Esva cómo decenas de personas intentaban coger lo antes posible a los tres patos que se soltaron. Antes, Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil comprobaron que la fiesta tenía todos los permisos. Entre el gentío, sólo se oyeron comentarios de apoyo al juego. "¿Dónde está el maltrato?", se preguntaban algunos con ironía.

Borja García, de 16 años, fue uno de los ganadores. Aseguró que el animal "no estaba asustado" cuando llegó a él. "Se dejó coger bien", añadió. La misma opinión tenía su compañero, José Fernández. "Yo no vi al animal asustado", dijo. Un veterinario certificó que los patos no estaban estresados después del juego. Eso sí, entre tanta polémica, algo ha cambiado. Este año, los patos no se entregaron como premio, como antaño. Ahora, y desde hace unos años, según la organización, se reparten trofeos. Además, los ganadores deben devolver el pato a la barca con sumo cuidado.

Después de varios años de polémica, los organizadores quisieron dejar claro que "el pato no sufre maltrato", como sí creen que pasa la Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas (Cepesma), la Asociación Nacional de Animales con Derechos y Libertad y la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia). IU también se muestra contraria a la fiesta.

El portavoz de la organización, José Manuel Peláez, acusó a los detractores de no conocer la fiesta y de intentar ensuciar "el buen nombre de los que estamos aquí". También les llamó "animalistas de fin de semana" y fue especialmente crítico con el presidente de la Cepesma, Luis Laria. "Quien pretende darnos lecciones de moralidad tiene trofeos de caza colgados en la pared ", dijo.