Si se cumplen las previsiones del gobierno local, la ordenanza entrará en vigor en el verano de 2018, por lo que los hosteleros tienen por delante un año y medio para acomodar sus terrazas a las nuevas exigencias municipales. Estará prohibida la publicidad y se exigirá limpieza y cuidado para la zona de terraza, donde estará prohibido almacenar mercancías o residuos. Las mesas y sillas deberán de ser preferentemente de madera, aunque se admitirán materiales metálicos, bambú o mimbre. Además, los toldos y sombrillas deberán ser de tonos mates. Los permisos para las terrazas se tramitarán en la primera quincena de enero y tendrán una vigencia de un año.