Con al menos un kilómetro de distancia entre la primera y la última casa, San Pedro es un pueblo tinetense amplio, abierto y con unas vistas espectaculares hacia otras localidades del municipio y hacia los paisajes montañosos que lo rodean. Estas características son las que atraen un buen número de paseantes a su carretera, en la que aprovechan la ausencia de pendientes y las bonitas vistas para dar una relajante caminata.

Los vecinos también aprecian la situación de su pueblo y aseguran que "es muy cómodo, tenemos concentración parcelaria y todas las casas reciben mucha luz natural".

Además, añaden que en él se pueden adquirir buenas cosechas, sobre todo de fabas, pero precisan que, sin duda, lo que lo hace especial "es que mantenemos el espíritu de los pueblos de antes, todos nos llevamos bien y nos ayudamos en lo que podemos", recalca Ceferino Gómez.

La ganadería fue siempre la actividad principal de San Pedro; todas las casas tenían vacas, la mayoría de producción de leche. Sin embargo, ahora buena parte de las naves están cerradas.

Al pie del cañón continúa Emilio González que ha hecho una importante apuesta por la ganadería con una explotación de unas 300 cabezas. No obstante, se queja de las pocas ayudas que tienen los pueblos para poder mantener a la población joven: "No tenemos buenas comunicaciones ni por carretera ni a través de internet, así que aquí es complicado vivir, te tiene que gustar mucho lo que haces", apunta.

Loli y Javier Rodríguez también tienen ganadería, en este caso de carne, y además de las comunicaciones ven como un grave problema para la supervivencia del pueblo el constante ataque de animales salvajes a sus reses y a sus tierras de cultivo. "El lobo nos llegó a matar ganado al lado de casa, por no hablar del jabalí y de los venados que nos acaban con las cosechas", lamenta Loli Rodríguez.

La principal petición de los vecinos es que se lleve a cabo el arreglo de la carretera, comprometido, según ellos, hace 12 años.

Además, a algunos de los vecinos les gustaría poder rehabilitar la capilla dedicada a San Pedro, que presenta alguna gotera y donde se celebra la misa de la fiesta, un día importante para el pueblo, ya que es cuando se reúnen los lugareños y visitantes en una nave que en su tiempo fue una cuadra para compartir una cena y el posterior baile.