Cuando el argentino Daniel Bustelo recuerda a su familia de Asturias no puede sino emocionarse. Hace tiempo que busca los orígenes en Vegadeo, donde su bisabuelo, Ricardo Bustelo, tuvo una sastrería. También diez hijos. Seis de ellos emigraron a Mendoza y San Juan (Argentina) para buscar fortuna. En América Latina encontraron lo que entonces no había en una España de carencias: posibilidades de trabajar, de enriquecerse, de tener una vida digna. "Fueron indianos. Hicieron su vida allí. Pero por lo que sabemos nunca se olvidaron de su pueblo, Vegadeo, y éste supo reconocerlo", dice Daniel Bustelo con orgullo.
Cuentan en la capital de Vegadeo que adquirieron la pila bautismal y también que financiaron el quiosco del parque del Medal.
Ser hijo de emigrantes tienen una desventaja, "que creces sin saber cuál es tu pueblo". "Ahora nos damos cuenta de todo lo que suponía para ellos volver a Asturias", dice Bustelo. Su abuelo lo hacía cada año para encontrarse con sus padres y la hermana que cuidaba de ellos. Ayer, doce descendientes de esta familia se reunieron en la villa para "no olvidar". Llegados en su mayoría de Argentina, pero también de Italia, descubrieron una placa que cien años después agradece al pueblo de Vegadeo que nunca se olvidada de los Bustelo y que reconociera sus donaciones con otra placa instalada en la iglesia desde 1916. "Han pasado cien años y no queremos olvidar", dice Daniel Bustelo.
La emoción pudo verse y sentirse en un encuentro que también sumó a la familia Barcia de Vegadeo, unida a los Bustelo por vía política. "Es emocionante poder recordar a los orígenes y tener lazos", se escuchó entre los familiares.
La colocación de la placa en la iglesia no fue única. Los Bustelo también quisieron recordar a los bisabuelos enterrados en Vegadeo, donde tenían un nicho que posteriormente se vació. Sus restos pasaron a un osario común y cerca, una placa recuerda que la familia argentina nunca se olvidó de ellos: "Les debemos mucho. Aquí empezó todo".
Los Bustelo esperan volver a reunirse algún año más en Vegadeo, donde saben que tienen sus orígenes. Entre tanto, todos los años celebran un encuentro, el llamado "Bustelazo", para que toda la familia, la asturiana y la argentina, se encuentren. No faltan las asturianadas ni las gaitas.
