Esther Cuesta (Avilés, 1964) se ha convertido en la ganadora del premio "Ayuntamiento de Valdés". La artista cree que vivir del arte "no es ni ha sido fácil en Asturias", pero ella lo consigue porque no tiene estudio, ahorra en la compra de materiales y es tenaz. Asegura que no esperaba este premio después de presentarse varios años al certamen. Cuesta estudió dio diseño gráfico en la Escuela de Arte de Oviedo y se especializó en ilustración. "Me enganchó este mundo, no podría vivir sin crear", dice desde su casa de Avilés.
-¿Esperaba el reconocimiento?
-No. Hay mucha competencia. Ahora la gente joven pisa muy fuerte y en este certamen no hay límite de técnicas. Es más difícil lograr el galardón pintando.
-¿Ha mejorado la calidad de las obras que se presentan?
-Sin duda. Yo creo que este certamen es un referente. Es una pena que otras empresas retiren sus patrocinios.
-El Ayuntamiento de Valdés busca nuevos apoyos. ¿Son tan necesarios?
-Sí. La situación económica es difícil, pero yo creo que debe seguir insistiendo. Hay algo que es inevitable: a mayor dotación económica del premio, más interés por el certamen y más motivación para el artista.
-¿Cómo ve el mundo del arte en Asturias?
-Hay muchos creativos con obra muy buena. Se trabaja muy bien. Lo que ocurre es que la crisis económica ha pasado una factura alta al mundo del arte. Las galerías sí llaman, es decir, se expone, lo que ocurre es que se compra muy poco arte. Los que logramos superar, en cierta medida, esta mala época fue por amor al arte, y nunca mejor dicho. No trabajamos por dinero. Intentamos vivir de esto como se puede. Es cierto que parece que las cosas están remontando, pero ha pasado una gran tormenta y ha dejado sin duda secuelas.
-Usted vive del mundo del arte. ¿Cuál es el secreto para hacerlo?
-Me puedo dedicar en exclusiva a esto porque ahorro. No tengo estudio. Yo trabajo y creo en mi casa. Tengo una cosa en una habitación y otra en otra. Ahora compro menos marcos, por ejemplo. O hago yo misma los bastidores. Los materiales que utilizo los intento trabajar yo. Además, también hago cosas más comerciales. Me refiero a que diseño escenografías y carrozas, por ejemplo, de Navidad, y eso me aporta un dinero en momentos de poca o escasa venta. Además, soy muy tenaz, muy "cabezota".
-¿Hay posibilidades para la gente joven?
-En Asturias no lo sé. Como ocurre en otros campos, la gente con más talento ha tenido que irse fuera porque tiene más recursos en otras comunidades o ciudades.
-¿En qué fallamos?
-Es importante que los niños reciban educación cultural, en el más amplio sentido. Se tiene que enseñar a los niños a visitar museos, se les tienen que explicar las obras de arte, deben ir a conciertos de música...
-¿Es tan esencial acercar el arte a los más pequeños?
-Si se amara más el arte en todas sus vertientes tendríamos una sociedad más culta, más sensible y más humana. Seríamos un poco mejores.
-¿Cree que es importante organizar certámenes como el que se celebra en Luarca?
-Para el artista es un aliciente. Si ganas un certamen, las galerías te llaman. Es un impulso. Pero, desgraciadamente, en Asturias hay pocos concursos y los premios económicos han ido a menos.
-¿Ocurre lo mismo en otras comunidades vecinas?
-Siempre hay más cosas que hacer en grandes ciudades como Madrid y Barcelona. Eso sí, en el último año yo expuse en Madrid, en Segovia y en Vigo, y no vendía más que otras celebradas en Asturias.
-¿Qué plantea con la obra ganadora, "El baile de las luces y las sombras"?
-Quien conoce mi obra lo hace por la técnica y la composición. En este trabajo se ven mariposas porque siempre utilicé una referencia. Antes eran peces. Buscaba algo que me dijera algo. "El baile de las luces y las sombras" es, por lo demás, una obra abstracta. Ahora ya no trabajo con estas figuras, como las mariposas que sí aparecen en este trabajo. Intento ir simplificando cada vez más, como quitando todo lo que sobra. Trato de quedarme con lo esencial.
