Alicia Alegría disfrutó de la jornada lectiva de ayer. La profesora del colegio público Ramón Muñoz de Luarca acudió con parte de sus escolares a una lección "vivencial". Algo así como una clase en la que se puede tocar y experimentar con la teoría que se detalla en las aulas. Lo hizo gracias al grupo de montaña "Estoupo" de Valdés, que está interesado en dar a conocer a los más jóvenes los beneficios del senderismo.
En la ruta que llevó a alumnos de los colegios Padre Galo, San Miguel, Ramón Muñoz y José García Fernández desde Villar a Barcia, Barcellina y de nuevo Villar se pudo conocer el interés de los niños por lo que les rodea y la naturaleza. "Me encantó la playa de Portizuelo" apunta la luarquesa Cristina Canel. "Se puede ver la flora y la fauna", indica su compañera de Barcia Elena Fernández. "Vimos árboles autóctonos", añade Sara Rubio.
Los alumnos, todos de sexto de Primaria, conocieron de la mano de Camilo Sousa notas sobre el paisaje de Valdés. Además, pudieron disfrutar de una mañana lejos de las aulas y aprendiendo en grupo. Para Lara Fernández, lo más importante no fue la ruta en sí, sino lo que supuso. "Lo que más me gusta es que estamos todos juntos", aclara en la parada de avituallamiento, en el centro de Barcia. Su compañero Nicolás Blanco subraya la oportunidad de "pasar toda la mañana al aire libre" y para Adrián Morilla lo más destacado es tener la oportunidad de ir a la playa (visitaron Portizuelo) y de caminar un jueves por la mañana, cuando normalmente el grupo se encuentra dentro de las aulas.
La directiva del "Estoupo" pretende organizar más rutas para dar a conocer el encanto del senderismo a los más pequeños. Según el presidente, Celestino Fernández, y el tesorero, Ernesto Suárez, en la actualidad las agrupaciones están envejecidas. "Es cierto que no hay relevo, pero más que buscar socios lo que pretendemos es fomentar el amor por el senderismo", señala Suárez. Es la primera vez que un grupo de montaña del Noroccidente organiza una actividad similar en horario lectivo. El objetivo de la marcha, de 5,5 kilómetros, también fue educar en el respeto al medio ambiente y mostrar hábitos de vida saludables.
