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El consultorio occidental

Quedar con gente y pasear, claves para que el mal tiempo no afecte al carácter

"Es diferente quedarse en casa un día lluvioso a salir y hablar con un vecino", avisa la psicóloga Eva María Rosado

Eva María Rosado, en Vegadeo. G. GARCÍA

Que los cielos grises que reinan, y la lluvia que cae, día sí y día también, en determinadas épocas del año afectan al estado anímico el algo comúnmente aceptado. La tristeza, la melancolía o la nostalgia son sentimientos directamente relacionados con la meteorología adversa. Sin embargo, no todo está echado a perder cuando las previsiones auguran nubarrones. "Hay una serie de herramientas que, bien utilizadas, pueden contrarrestar el efecto en el estado de ánimo del tiempo", asegura Eva María Rosado, psicóloga clínica, que explica que la actitud personal en esos días de tormenta puede ser clave.

Dice la especialista que la luz solar es la que permite generar serotonina, imprescindible para alcanzar estados de ánimo altos, eufóricos. No en vano, está considerada la hormona de la felicidad, puesto que es capaz de regular el humor, evitar la depresión, y frenar el enfado. "Cuando la luz solar se oculta durante mucho tiempo, algo muy común en esta comarca, debemos tener herramientas para contraatacar", dice Rosado, aconseja estimular los sentidos escuchando música, o acudir a actividades sociales.

"Aunque la afectación de la meteorología en nuestro estado de ánimo es universal, cada persona tiene una forma particular de recibir el efecto bioquímico de los cambios de luz, temperatura y humedad. Por eso, nuestra propia actitud influye en nuestro estado", dice Rosado, que pone un ejemplo: "Es muy diferente que con un día lluvioso te quedes en casa, recordando cosas tristes, a lo que te llevaría la tendencia natural, a que salgas y hables con un vecino, sobre temas motivantes. El tiempo es el mismo, pero tu actitud ante él marca la diferencia de sentirse mejor o peor".

Además, la psicóloga receta mantener rutinas saludables, como realizar ejercicio de forma moderada, "para disfrutar, no para sufrir", y mantener una alimentación equilibrada.

También pone el énfasis en romper la rutina con algún viaje, y sacar a la luz los problemas, para poder tratarlos. "He visto que existe una tendencia a guardarse los problemas. Insisto siempre en la necesidad de expresarlos, para poder resolverlos. Expresar es sanar", concluye.

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