La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El ganado, referencia eterna de Sabadel

La localidad cuenta con siete explotaciones que recuerdan la feria de Maricalva, desaparecida en 1994 y que atraía a gente de todo el concejo

Por la izquierda, Manuel Fernández, Armando Fernández, Argentina Pérez, Mari Ángeles Francos, Carmen Menéndez, María Luisa Rodríguez, Carmen Feito y Adonina Gómez, en Sabadel de Troncedo. D. ÁLVAREZ

Sabadel de Troncedo nació como un pequeño pueblo de cuatro casas que con el paso del tiempo llegó a tener 26 viviendas, aunque en la actualidad tan solo una quincena mantienen inquilinos de forma cotidiana. Su crecimiento se debió a la buena situación que tiene en el concejo tinetense como punto de paso hacia la localidad de Navelgas, con salida al concejo de Valdés, o en dirección contraria, hacia el pueblo de Gera, mirando para el municipio de Cangas del Narcea. Eso hacía que hace una décadas el trasiego de gente por la zona fuera constante, permitiendo que incluso llegase a existir un pequeño chigre, con tienda, en el que también se celebraban fiestas.

De aquella época también es el recuerdo de Sabadel de Troncedo como referente ganadero gracias a su feria de Maricalva, que se celebraba cada 20 de abril hasta 1994 y de la que los vecinos guardan un grato recuerdo porque "el pueblo se llenaba de gente, numerosos chigres se colocaban en la zona de la feria y las orquestas venían un mes antes para marcar su sitio", explica Armando Fernández.

Aunque ya no tiene su feria, Sabadel de Troncedo mantiene su tradición ganadera con siete explotaciones, de las que dos combinan ganado de producción de leche y de carne. Ganaderos que se beneficiaron de la primera concentración parcelaria realizada en Asturias por los años 60 que hizo que el pueblo progresase y que incluso contase con carretera.

No obstante, la forma de vida en el pueblo ha ido cambiando, y ahora una buena parte de los vecinos mantienen su residencia aunque trabajan en otros lugares. Aparte, los vecinos recuerdan que antes en el pueblo "teníamos una economía de subsistencia, se sembraba de todo y se hacían matanzas, tradiciones que se han ido perdiendo".

Echando la vista atrás, los de Sabadel saben que los romanos pasaron por sus terrenos, seguramente en busca de oro. En varias fincas se ven restos de excavaciones que así lo indican, pero lo que les hace afirmar con contundencia su pasado romano es su nombre que Manuel Fernández apunta a que puede derivar de "Sabadellus, perteneciente a algún jefe romano que estuvo por la zona". Un nombre que llama la atención y que les ha llevado a protagonizar alguna que otra anécdota, como que hace años recibieran cartas destinadas a la ciudad de Sabadell, en Barcelona, o que en el propio pueblo tengan una indicación escrita con una "l" y otra en la que aparece con dos.

Compartir el artículo

stats