La localidad castropolense de Barres está conmocionada por el fallecimiento repentino de Francisco Ramón Fernández, conocido popularmente como "Paquín das Bichas" en referencia a la casa familiar, que murió el martes en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde ingresó el pasado fin de semana tras sufrir una indisposición de origen indeterminado que no logró superar. Fernández, de 48 años, casado y con dos hijos, era muy conocido por su labor al frente del Barres Club de Fútbol y como responsable de la ferretería La Canela.

"Es un golpe muy duro", confesaba ayer un vecino de Barres, que constataba el enorme pesar que se vive estos días en el pueblo. Fernández estudió Económicas y tras trabajar una época en una aseguradora se hizo cargo del negocio familiar, ubicado en la localidad y justo en frente del campo de fútbol local, su otra pasión.

En 1982, con catorce años, empezó a jugar en La Caridad C. F., donde militó unos veinte años. Tras dejar La Caridad acabó su carrera deportiva en casa, con el Barres. La directiva del club franquino expresó públicamente su pesar por la pérdida del que fue muchos años capitán del equipo: "Se nos va una persona entrañable, siempre con esa sonrisa en la cara que transmitía optimismo a quien estaba con él, y que siempre estaba cuando tenía que estar. Nuestro más sentido pésame a su familia".

De jugador pasó a entrenador, volcado en transmitir a los pequeños los valores del deporte y también en rescatar el club de su pueblo, a base de crear una sólida cantera. El Barres (que forma parte de la Sociedad Deportiva Ribadeo, del vecino municipio lucense) cuenta con un equipo infantil y dos alevines. Fernández, seguidor del Atlético de Madrid y del Sporting, no solo presidía el club, sino que ejercía como entrenador del equipo infantil del Barres y también como coordinador deportivo de la S. D. Ribadeo, a la que estaba ligado desde hacía una década. Su labor en el club castropolense iba más allá de la gestión, ya que se ocupaba también de labores como el cuidado del campo de fútbol de Trenor. "A mediodía era fácil encontrarlo segando el campo, estaba para todo", comentan sus conocidos.

El presidente de la S. D. Ribadeo, Nicasio Castañal, reconocía ayer que su fallecimiento "es una pérdida importantísima; era un pilar angular de esta Sociedad". Destaca además el carácter colaborador del castropolense que "siempre ayudaba con todo, sin que le vieras nunca una mala cara o un mal gesto". Ahora, añade Castañal, "habrá que seguir luchando, aunque solo sea por él".

El figueirense Fernando Quintana, amigo personal del fallecido con el que además colaboró durante un tiempo entrenando a los niños, se refería ayer al fallecido como "buena persona, buen padre, sensibilizado con todas las causas, amigo con mayúsculas que apoyaba en los momentos difíciles, de trato afable y gran sentido del humor". Era a juicio de Quintana "de los buenos, de los que no tenían que morir".

Hoy habrá un rosario a las ocho y media en el tanatorio de Barres y mañana será el funeral en la iglesia de la localidad.