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Elena Vares: "Hay desconocimiento sobre el Trastorno Específico del Lenguaje"

La filóloga tapiega, que ha presentado la tesis, advierte de que en los colegios a veces no saben qué apoyo dar a los niños con el desorden

Elena Vares, en el ovetense Campus del Milán. REPRODUCCIÓN DE T. C.

La tapiega Elena Vares logró en 2012 una de las becas predoctorales "Severo Ochoa" con un proyecto para investigar el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), un desorden lingüístico "poco conocido y muy poco estudiado" que afecta al 7 por ciento de la población. Sus últimos cuatro años de trabajo han fructificado en la tesis "Fenomenología Lingüística de los Trastornos Específicos del Lenguaje", que acaba de defender en la Universidad de Oviedo y que constituye el primer trabajo con sello asturiano que aborda el TEL desde el ámbito de la lingüística.

Vares espera que su tesis, dirigida por el profesor Guillermo Lorenzo, pueda servir como herramienta de trabajo para contribuir al diagnóstico de las personas que padecen TEL y también para reconocer mejor las dificultades del lenguaje que presentan de manera generalizada y así diseñar materiales adaptados que les hagan mejorar durante la etapa escolar.

Al ser una patología relativamente reciente, en España hay todavía muy pocas investigaciones al respecto y predominan las que abordan el trastorno desde la perspectiva psicopedagógica. Por ejemplo, apenas existen estudios longitudinales que realicen un seguimiento a los afectados a lo largo de la vida, ya que los actualmente diagnosticados son todavía jóvenes. "En general, todas las familias con las que he trabajado se quejan del desconocimiento que existe sobre el trastorno. En los colegios muchas veces desconocen qué apoyos dar a los niños", apunta Vares. De ahí que su trabajo y los materiales elaborados en él puedan ser de gran utilidad para los profesionales encargados de la detección del trastorno y el trabajo con los afectados.

La tapiega, que en 2011 cerró con un premio Fin de Carrera la licenciatura de Filología Hispánica, explica que el TEL es "una alteración significativa en la adquisición y desarrollo del lenguaje, que no puede explicarse únicamente por causas de carácter físico, neurológico, intelectual o sensorial". En este sentido, añade, el TEL puede manifestarse con diferentes características, desde problemas con la fonética a dificultades con la sintaxis. Suele producir un retraso académico en el afectad, quien puede mejorar con tratamiento logopédico y la adaptación de los materiales con los que se trabaja en el aula.

La tesis de Vares tenía por objetivo detectar los fenómenos lingüísticos en los que se concentran las dificultades de los diagnosticados y, en este sentido, se centró en tres aspectos: las flexiones de tiempo y concordancia, los clíticos pronominales y las oraciones interrogativas.

Para realizar el trabajo de campo seleccionó a 38 niños, todos diagnosticados con TEL por el foniatra, de entre 5 y 15 años y residentes en Madrid, Galicia, Comunidad Valenciana, Extremadura y País Vasco. En Asturias pudo localizar muy pocos casos ya que cuando empezó el trabajo no existía una asociación de afectados en el Principado (ahora está en fase de constitución) y la manera de acceder a los niños fue exclusivamente a través de los centros educativos, lo que dificultó su tarea.

Batería de once test

A todos los casos seleccionados les realizó una batería de once test, que además repitió a otros tantos niños sin TEL que le sirvieron como controles. Precisa Vares que en todos los afectados "hubo una diferencia muy significativa con el grupo control" al respecto de los fenómenos de estudio elegidos.

Tras estos años de trabajo, la investigadora señala que uno de los déficits nucleares del TEL es "la afectación de la memoria fonológica a corto plazo". Esta situación provoca que "presenten un ritmo lento en la adquisición de nuevas palabras, lo que daría lugar a un desarrollo atípico o alterado en la adquisición de la sintaxis", añade Vares, para quien estos cuatro años de trabajo "han sido académicamente los mejores de mi vida". En este periodo también tuvo la oportunidad de viajar a Holanda y Alemania, donde amplió su formación en materia de lingüística clínica.

A esta brillante filóloga de 29 años, que en la actualidad imparte Lingüística en las Escuelas Universitarias Gimbernat de Torrelavega (Cantabria), le gustaría dedicarse a la investigación y tratará de optar a alguna beca postdoctoral, pese a ser consciente de que hay "muy pocas opciones, por las escasas plazas y el retraso en las convocatorias".

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