Con el sonido de los aullidos de los lobos y con un asustado pastor y sus animales en escena se abría el telón en el salón de actos del Ayuntamiento de Allande ayer para vivir la representación de la obra infantil "Los ratones y las ovejas" que nueve niños allandeses prepararon durante varios meses en el taller de teatro que organiza la biblioteca municipal en Pola.
El grupo formado por artistas desde los seis hasta los doce años llegaba a la actuación con nervios pero también con muchas ganas e ilusión de mostrar a sus vecinos todo lo que habían aprendido. "Hay muchos nervios, sobre todo por la segunda parte cuando tenemos que contar chistes, porque es la primera vez que lo vamos a hacer", apuntó Sergio Álvarez.
Además de la obra de teatro infantil, el grupo se atrevió este año a crear "El club de la comedia de los niños de Allande" con la que cerraron el acto. Al puro estilo de "El club de la comedia" dos presentadores alternaban el relato de chistes con la presentación de sus otros compañeros, que aportaron más humor a la sala repleta de público.
Hace cuatro años que la biblioteca ideó el taller de teatro para acercar a los más jóvenes a este género.
"Existía un taller de cuentacuentos y pensamos que sería positivo que se iniciaran en el teatro y así surgió la idea de preparar las representaciones", explicó Tania Rodríguez, responsable de la biblioteca Celestino Valledor. El objetivo último de la actividad es fomentar el hábito de la lectura y crear un vínculo con la biblioteca, ya que cada martes los participantes se reúnen allí para ensayar la obra y, a partir de ahora, la cita continuará aunque será con el taller de lectura.
"Me gusta mucho participar en el taller, aprendo a actuar y me lo paso muy bien con mis amigos", resaltó Intissar Atati, del taller de teatro.
Daniel Mon también ensalzó lo que supone participar en la actividad: "Aprendemos a relacionarnos, a expresarnos y desarrollamos la creatividad".
Además cada obra que interpretan tiene una moraleja. En este caso Olivia Penkala destacó de ella que les enseñó a "vivir en paz y no hacer la guerra, a no discutir y no decir mentiras", además de "a no ser tacaños", añadió Kawtar Atati. La historia que pusieron sobre el escenario tenía como protagonistas a dos ratones que se hacían pasar por lobos para intentar engañar a un pastor con el objetivo de que les entregara toda la leche y queso.
En la segunda parte de la representación, la parte cómica, la temática fue más libre y lo importante era disfrutar con el humor de los niños allandeses.
Años anteriores pasaron por las tablas del escenario del salón de actos historias como la de "El cuervo y el queso" o "El loro Caramba y los gallos" que finalizaban normalmente con un baile de los participantes.
