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Tineo rescata la memoria del acordeonista Polo

El profesor tinetense Miguel Castro gana el certamen de relatos cangués con una historia basada en el músico autodidacta

Polo, con su acordeón, en Navelgas. MANUEL LINARES

Polo (Paulino González Braña), el célebre acordeonista autodidacta nacido en el pueblo tinetense de San Fructuoso y fallecido en 2012, ha vuelto a la memoria de sus vecinos gracias al relato ganador de la decimocuarta edición del concurso de cuentos cortos del Ayuntamiento de Cangas del Narcea, en la categoría de asturiano occidental. El autor, el tinetense Miguel Castro, lo ha convertido en el protagonista de su historia, que nace de una de las múltiples anécdotas que contaba el músico.

"Polo era un hombre muy conocido en el concejo, acabó convirtiéndose en un personaje de la tradición oral a raíz de la rumorología y de las leyendas que circulaban sobre su vida", explica el autor del relato ganador que lleva por título el nombre de su protagonista.

Y ese fue uno de los motivos que le empujó a escribir sobre Polo, pero no el único. "Me gusta la música y los músicos. Por eso elegí a Polo, por ser músico y, especialmente, acordeonista, puesto que el acordeón es un instrumento muy representativo de Asturias, de la zona más profunda y de los años ochenta", explica Miguel Castro, que recuerda cómo en su infancia su padre siempre le empujó a aprender a tocar este instrumento. Además, aunque Castro no llegó a conocer personalmente a Polo, sí supo de sus historias a través de su amigo Jaime de Paniceiros y de sus hermanos que formaron parte de la popular orquesta "Los Jekes".

El germen del relato surgió de una anécdota real que le sucedió al acordeonista, aunque luego la narración se aleja de la realidad y se convierte en un cuento totalmente ficticio en el que solo se conserva el nombre del protagonista y se plasma su carácter, así como su forma de expresarse a través de los habituales chascarrillos que siempre se le atribuyeron.

Esa anécdota se sitúa en Oviedo, donde Polo estaba tocando el acordeón en una de sus calles. Por su lado pasó un señor que le echó en la caja dinero y el músico, emocionado, le preguntó por la canción que quería escuchar, a lo que el hombre le contestó: "Lo que quiero es que se calle". Miguel Castro recuerda que fue una historieta que escuchó en numerosas ocasiones y que el propio Polo "contaba como una de las más granadas de las que había vivido, era un hombre que se reía mucho de sí mismo".

A partir de ahí surge una historia ficticia, con personajes inventados que el autor utiliza para darle un significado al relato. "Me parecía que la anécdota daba mucho juego para darle un sentido más simbólico y lo dirigí hacía la dignidad de quien hace algo que le gusta unido a la decadencia que han vivido los pueblos en los últimos años", explica el escritor. El cuento se ambienta en la ciudad, en las calles en las que Polo toca su acordeón mientras rememora tiempos mejores de trabajo, bailes y filandones en el pueblo.

Miguel Castro, que es profesor de Lengua Castellana en un instituto madrileño, reconoce que lo típico en los casos en los que se escribe inspirado por una persona es optar por darle un nuevo nombre al personaje literario. No obstante, para el autor su protagonista no podía llamarse de otra forma, y confiesa que "quería que fuera un homenaje a Polo y a la gente de los pueblos". Porque Castro, a pesar de que ha vivido fuera de su Tineo natal buena parte de su vida, asegura que "al final siempre acabo volviendo al pueblo, al que siempre he tenido mucho apego".

En cuanto al premio, el escritor asegura que le ha hecho especial ilusión por ser este su primer relato en asturiano. "Lo tenía escrito desde hace tiempo y en castellano, pero no me convencía; tenía un problema de estilo, porque cuando quería introducir palabras textuales de los personajes no sonaban convincentes en castellano, así que probé en asturiano, me gustó mucho más y lo envíe al concurso", relata. No obstante, no es el primer concurso que gana, ya que ha participado en muchos otros, algunos con premio.

El certamen cangués también premió la historia "L'incidente" del ovetense Víctor Suárez, en la categoría de asturiano estándar.

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