El tapiego Juan Luis Méndez celebró ayer el primer aniversario de su segunda vida. En febrero de 2016 sufrió un ictus mientras conducía que superó, en buena medida, gracias a la rápida intervención de la patrulla de la Guardia Civil de Tráfico integrada por el guardia mierense Fermín García Rojo y el cabo primero naviego José Antonio Pérez Suárez. "Ese día merecieron bien el sueldo", bromea Méndez, que ayer se reencontró con los agentes y pudo agradecerles su ayuda, a propósito del acto de reconocimiento organizado por el Ayuntamiento de El Franco.

"Hicimos lo que pudimos para que llegara rápido al hospital y en las mejores condiciones posibles", precisa el cabo naviego. Aquel domingo 7 de febrero de 2016 los agentes estaban de patrulla cerca de Tapia cuando recibieron un aviso de que había un conductor en apuros en la N-634, a la altura de la localidad de Porcía. "Cuando llegamos vimos una furgoneta con un remolque en medio de la vía. El conductor estaba echado encima del volante, hablaba bajito y decía que le dolía la cabeza", añade el agente, que también elogia al hombre que dio la voz de alarma, al que no han podido identificar.

Juan Luis, de 55 años y residente en Valdepares (El Franco), recuerda que mientras iba conduciendo el coche se le iba "todo el rato hacia la izquierda", así que decidió desviarse hacia una explanada junto a la carretera. No logró parar del todo pero, por suerte, el remolque se cruzó y ejerció de freno, evitando una tragedia mayor.

La ambulancia desplazada llegó sólo con conductor, así que, dado el empeoramiento del estado de Méndez, los agentes no se separaron de su lado: "Acordamos con el conductor que Fermín iría con él en la ambulancia para que no se ahogara con los vómitos y evitar que perdiera la consciencia", añade el cabo, que les siguió con el coche patrulla hasta Jarrio. En el hospital narraron a los médicos la situación del enfermo, ya en estado inconsciente.

La Alcaldesa franquina, Cecilia Pérez, destacó ayer en el acto el papel "determinante" de los agentes para salvar la vida de Méndez y aprovechó para defender a la Guardia Civil, no siempre suficientemente reconocida. La mujer del afectado no sólo está eternamente agradecida a estos agentes, sino también a los guardias tapiegos Rubén López y Pablo López, que la alertaron rápidamente.

La gravedad del estado de Juan Luis, de 55 años y pintor de profesión, obligó a trasladarlo al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en helicóptero, y allí permaneció durante dos largos meses. "Las pasé canutas", confiesa. Ahora trata de recuperarse de las secuelas y está feliz por esta segunda oportunidad que le da la vida: "No estoy como antes, pero estoy bien".