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San Tirso se queda sin combustible

"Me interesa que esto siga, por el bien del pueblo", sostiene el dueño de la gasolinera local, cerrada desde agosto por decisión del último gestor

El fundador y propietario de la gasolinera Randeo, Marcelino Fernández, con el establecimiento cerrado a su espalda. TANIA CASCUDO

"Está muerto esto, da tristeza ver el pueblo ahora", reconoce la hostelera Generosa Lanzós, que regenta un bar en la capital de San Tirso de Abres, pegado a la nacional 640 y justo enfrente de la única gasolinera del concejo. La estación está cerrada desde el mes de agosto, lo que provoca perjuicios para los vecinos del concejo, que se ven obligados a desplazarse varios kilómetros para repostar, y también para los establecimientos hosteleros que se beneficiaban del tránsito de usuarios de la gasolinera.

A Marcelino Fernández, fundador y propietario de la gasolinera Randeo, no paran de preguntarle las razones por las que no reabre la estación, y él responde explicando que nada tiene que ver con esta situación. No en vano, él alquiló en 1999 la estación a Repsol por un período de veinte años, que no vencerá hasta abril de 2019. El problema está entre la empresa petrolera y el último gestor del establecimiento, que cerró el pasado 3 agosto.

"Me costó mucho trabajo y sacrificio ponerla en marcha, pasé los mejores años de mi vida procurando levantarla y lo cierto es que desde que abrí, en 1978, el negocio siempre fue a más. Por eso me duele verla así, quiero que funcione porque es un negocio rentable si se trabaja bien", precisa Fernández, que atribuye el cierre a una deficiente gestión en los últimos años. "Se ha producido una falta de seriedad y de preocupación por parte de los gestores", lamenta el santirseño. El propietario de la gasolinera explica que, hasta la fecha, Repsol sigue pagando el precio acordado por el alquiler, pero se muestra dispuesto a batallar para lograr un futuro para el establecimiento.

Por eso trata de recabar información y de propiciar que Repsol y el concesionario se junten para desbloquear el asunto y ofrecer una posible solución. "Queremos contactar con alguien que nos atienda y nos diga qué se puede hacer. Me interesa que esto siga, por el bien del pueblo y por mi familia", añade.

Los principales perjudicados son los santirseños, que se ven obligados a desplazarse durante unos diez kilómetros hasta Puente Nuevo (Lugo) o hasta Vegadeo, a unos 13 kilómetros, si quieren repostar. Además, Fernández defiende las buenas condiciones y ubicación de la gasolinera Randeo, la única de San Tirso. "Está pegada a la carretera, dispone de muchos metros de terreno y tiene seis tanques de 20.000 litros cada uno", explica.

La santirseña Presentación Valea, que trabaja en el sector hostelero local, también reconoce que tras el cierre de la gasolinera la clientela ha disminuido. Asimismo, como vecina, echa en falta el servicio: "Para nosotros es muy importante".

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