Vegadeo despidió el domingo a José Ramón Álvarez de Linera, primer alcalde democrático del concejo y presidente de la Fundación Elisa y Luis Villamil. Linera, abogado durante más de cincuenta años, nació en Pesoz, aunque en 1953 se estableció en el concejo veigueño, donde residió hasta su fallecimiento, a los 93 años. Sus amigos y conocidos destacan su implicación en la vida social y asociativa del pueblo, formando parte activa de algunos hitos de la historia local, como la creación de la Feria de Muestras, la puesta en marcha de la primera Formación Profesional y la creación de la actual residencia de mayores La Milagrosa.

"Vegadeo me recibió con una intensa y prolongada nevada, el 26 de enero de 1953", contaba el propio Linera en el verano de 2011, cuando fue elegido para pregonar las fiestas patronales de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque. Y es que recaló en Vegadeo por motivos profesionales, pues fue su primer destino como abogado. Se casó en 1960 con una naviega y se estableció para siempre en suelo veigueño. No obstante, cuentan sus familiares que jamás renegó de sus orígenes en Pesoz, concejo al que estuvo estrechamente ligado durante toda su vida.

Álvarez de Linera, que ya tenía experiencia en la vida política, pues ejerció como concejal durante algunos años, concurrió a las elecciones de 1979 como cabeza de lista en la candidatura independiente V-2. Pese a no ser la candidatura más votada, se convirtió en el primer Alcalde democrático de Vegadeo y ejerció hasta 1983, cuando abandonó la primera línea política.

Sus allegados dicen que, pese a sus diferencias ideológicas, Linera siempre calificó a Fernando Pérez, más conocido por Fernando de Caldín, como "el mejor concejal que tuve". Pérez lideraba la candidatura V-1, la más votada en aquellas primeras elecciones, pero no llegó a gobernar y ejerció como oposición. Rememora las frecuentes y sonadas discusiones que mantuvieron en aquella época y, sin embargo, ambos se entendían y se respetaban. Recuerda a Linera como "trabajador con los asuntos del Ayuntamiento, especialmente en una época en la que no se cobraba". Y añade: "A pesar de nuestras diferencias ideológicas y de nuestras discusiones, creo que fue un buen Alcalde y en el tiempo que estuvo se fueron haciendo cosas".

Con respecto a su faceta política, el actual alcalde, César Álvarez, "Mourelle", considera que es importante reconocer su papel como "encargado de trasladar la democracia a Vegadeo". En este sentido, el regidor recalca "la dificultad que suponía entonces cambiar la mentalidad del pasado y poner las primeras piedras de la democracia".

El cronista de Vegadeo, Luis Casteleiro, pone de manifiesto que, "más allá de su gestión municipal, hay que destacar su implicación en el entramado asociacitivo, fundamentalmente en la faceta benéfico-docente". En este sentido, destaca su implicación en la Fundación Elisa y Luis Villamil, que se constituyó en 1970 para gestionar el legado de Luis Álvarez-Rodriguez Villamil y Elisa Villamil, y con el primer objetivo de constituir un centro de Formación Profesional. Linera estuvo presente siempre, con diversos cargos, en los diferentes patronatos de la Fundación.

Casteleiro explica que el fallecido fue "progatonista, impulsor e ideólogo de muchas de las actividades benéfico-docentes que impulsó la Fundación", y en este aspecto destaca la puesta en marcha del centro de FP, "que dio salida a muchos jóvenes de la comarca", la creación del área recreativa del Noveledo, el "germen" de la actual Casa de Cultura, y la construcción de las primeras piscinas del concejo.

También fue uno de los fundadores, en 1966, del Centro de Iniciativas y Turismo del Eo, que, entre otros logros, puso en marcha el Festival de la canción del Eo, donde actuaron cantantes de la talla de Massiel. Destaca también su papel como presidente de la Asociación Caridad Vegadense, que gestiona la residencia La Milagrosa. Formó parte del grupo de personas que renovó la asociación en la década de los setenta y jugó un papel clave en la construcción de la actual residencia.

El presidente actual de Caridad Vegadense, José Luis Prieto, no solo destaca la importancia de constituir este equipamiento, sino que le reconoce a Linera su carácter "desprendido" a la hora de atender las cuestiones sociales de Vegadeo: "No hay nada que reprocharle, siempre trató de hacer algo por el pueblo y sin interés ninguno".

Quienes mejor lo conocían explican que su mayor orgullo fue "haber sido fiel a sí mismo y amigo de sus amigos".