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Piantón, un bandeo para la juventud

El pueblo veigueño llama a los jóvenes a implicarse en la cita religiosa de los pendones, una tradición que atrae a numerosos visitantes

La niña Alejandra Lombardía grita "Aleluya" tras retirar el manto negro a la Virgen. A. M. SERRANO

La pequeña Alejandra Mosquera se convirtió ayer en ángel. Fue la niña que grito "Aleluya" tras retirar el manto negro a la Virgen y vivir en directo el bandeo de pendones. La particular cita religiosa que escenifica el triunfo del bien sobre el mal y la Resurrección de Cristo tuvo lugar en Piantón, un pequeño pueblo de Vegadeo que lucha por mantener viva esta tradición.

La niña, que vive en Betanzos (Lugo), sabía qué tenía que hacer porque en su familia le contaron qué significa el bandeo de pendones. También representaron primero al ángel su abuela, María Elena Fernández, y su madre, Elena Garay. "No queremos que se pierdan estas costumbres y para que eso ocurra tenemos que colaborar", explicó la segunda.

En Piantón "todo el pueblo apoya la Semana Santa", dicen. El bandeo de pendones es seguido por numeroso público. Este acto tiene dos particularidades: según algunas voces es una tradición que se remonta del Medievo y además es única en el Occidente. "Es muy especial y emotivo", dijo María Teresa Vijande, piantonesa de 71 años.

Se estima que en Piantón viven de forma habitual 60 vecinos. En la Semana Santa la población se duplica. "Nos apoyan los familiares que están fuera", explica Vijande, cuyo hijo se desplazó a Piantón el Viernes Santo para portar una de las tallas religiosas.

En el día de ayer fueron decenas de personas las que acudieron al bandeo de pendones y muchas de ellas, niños y jóvenes. Elisabeth Lombardía, de Piantón y residente en Madrid, llevó a su hijo, Mateo Durand, de 14 meses. "Es importante que lo vean desde niños para que haya relevo", explicó. La alcaldesa de barrio, Pilar Baldonedo, intenta que este acto tenga cada año más atractivo. "Todo el pueblo trabaja mucho", explicó. También lo hizo el párroco, Miguel Flórez, quien bajo el palio llevó el cuerpo de Cristo, acompañado en todo momento por un sol primaveral.

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