La pista de hierba del aeroclub castropolense de Arnao se lo puso difícil a la Patrulla de Aeromodelismo del Ejército del Aire, sin embargo, sus integrantes echaron mano de su experiencia en la materia para dejar boquiabiertos a los escolares con los espectaculares vuelos de sus maquetas a escala. Este equipo, único en España, puso la nota de color en la jornada de convivencia que ayer celebraron en Arnao los colegios rurales Occidente, Oscos, Pintor Álvaro Delgado, Villayón y Ría del Eo.

"La pista tiene la hierba muy alta así que es posible que vean algún capotaje", alertaba el militar Alberto Montoro. Y lo vieron, ya que uno de los dos históricos Bucker que ayer desplazaron a Arnao se fue directo a tierra nada más iniciar el despegue. "Son cosas que pasan", añadía. Pese al incidente, la Patrulla se lució en su primera exhibición en la comarca y la segunda de su historia en suelo asturiano.

Aunque todos son militares en activo, la Patrulla existe gracias al trabajo altruista de sus integrantes, todos apasionados del aeromodelismo y orgullosos de dar a conocer la historia del Ejército del Aire. "Enseñamos aviones históricos y damos a conocer la cultura de la aeronáutica en España", explica el subteniente Eduardo Montero.

Viajaron hasta Castropol seis de los ocho miembros del grupo, constituido hace diez años y que realiza al año unas dieciocho exhibiciones por todo el país. Que lo suyo es auténtica pasión lo demuestra Eutimino Domínguez al narrar los secretos de su Tiger Moth, un avión "como el que sale en Memorias de África". Tardó dos años en confeccionar esta joya, hecha a escala un tercio con respecto al auténtico. "Es muy bonito. En España solo hubo una docena", apunta.

El subteniente Montero cuenta que su actividad suele tener mucho éxito porque "no está nada vista". Ayer se desplazaron a Asturias con veinte maquetas, desde aviones pequeños eléctricos que sirven para iniciarse en el aeromodelismo a piezas de más de tres metros, con gran vistosidad y detalle. "Estos aviones son maquetas y reproducen aviones de verdad. Se copia hasta el más mínimo detalle", comentaron los militares, que quisieron dejar bien claro a los niños que no se trata de juguetes. Les sorprendieron con sus piruetas y habilidad y se llevaron de vuelta a casa el merecido aplauso de un entregado público.