Vegadeo registró ayer a mediodía un trágico accidente con dieciséis heridos, dos de ellos graves, al chocar frontalmente un minibús escolar con un turismo. Bien podría ser el inicio de la crónica de un suceso, pero, afortunadamente, se trató de un simulacro organizado por el IX Foro Comunicación y Escuela con el objetivo de enseñar a los jóvenes cómo trabajan los equipos de emergencia ante una situación real. El operativo, colofón a una intensa jornada sobre primeros auxilios y seguridad, involucró a alrededor de setenta personas, entre profesionales y figurantes.

Entre estos últimos estuvo el director del Instituto Elisa y Luis Villamil, Javier Santos, a quien le tocó convertirse en uno de los dos heridos que viajaban en el coche implicado. Casualidades del destino, este papel le llevó a revivir un accidente de tráfico que sufrió hace más de una década y en el que sufrió idénticas consecuencias al personaje que ayer interpretó. Del accidente real nada recuerda, pero la experiencia de ayer la vivió intensamente: "Sentí en todo momento mucha seguridad, dejas que los demás actúen, pero tienes la sensación de que todo el mundo sabe lo que tiene que hacer. Estuvo muy bien". Sus palabras coincidieron con las declaraciones de los consejeros de Sanidad y Presidencia, presentes en el evento, quienes remarcaron que "en una emergencia nada se improvisa".

Un mes de trabajo le llevó al responsable de emergencias de Transinsa, Benjamín Novoa, coordinar todo este operativo en el que participaron 22 técnicos de su empresa, tres médicos y tres enfermeros del Área Sanitaria I, además de efectivos de Bomberos de Asturias, Guardia Civil, Protección Civil, Policía Local y psicólogos de la Asociación para la intervención psicológica en urgencias, emergencias, crisis y catástrofes (Asinpec). Cuenta Novoa que, además de mostrar a los chavales todo el operativo que se despliega en una emergencia, el simulacro también les sirvió de formación a los propios efectivos: "Sirve para conocer la situación y detectar posibles errores".

Docentes y profesionales destacaron la necesidad de formar a las generaciones del futuro para que sepan intervenir ante una emergencia y hacerlo sin miedo, pues los primeros minutos son claves para salvar una vida.