El presidente de la recientemente constituida Asociación "Más Luarca Valdés", Celestino Suárez de Ron (1956), está dispuesto a dar batalla. Dice no estar a favor ni en contra de ningún partido político, sino preocupado por el devenir de Valdés. Asegura que en el concejo hay mucho por hacer: "Con lo que fue, hoy está a la cola de la cola. Si no lo hacen los políticos y las instituciones, la ciudadanía tiene que coger el testigo", opina.
- ¿Tiene aspiraciones políticas?
-No. Si hubiéramos querido presentar una plataforma electoral lo hubiéramos hecho. Lo que hacemos es desarrollar nuestro trabajo a través de un movimiento ciudadano. Es la mejor palanca para intentar influir y cambiar las cosas.
- ¿Por qué crearon una asociación en este momento?
-Observamos que el concejo está decadente. Hay bajón anímico. Eso nos hizo reflexionar y nos dio fuerza para buscar soluciones a los problemas reales de este concejo.
- ¿Qué problemas tiene?
-Los indicadores socioeconómico no dejan lugar a dudas. En este municipio dejaron de funcionar casi todos los sectores productivos excepto el agroalimentario. El estado de Valdés es el que es y no podemos cambiarlo de la noche a la mañana, pero lo vamos a intentar y nuestro mensaje es positivo: de todo se sale.
- ¿Qué cree que ha ocurrido?
-Yo creo que las administraciones no han sabido dar respuesta a los problemas de los ciudadanos.
- Algunos políticos dicen que es fácil opinar, pero difícil desarrollar todos los proyectos que quisieran desde la administración pública.
-No se pueden hacer las cosas de espaldas a la sociedad. Mire, esta asociación tiene tres meses de vida. Nació para generar sentido crítico y músculo social desde varios frentes. Creemos que en Valdés se puede emprender y para ello hemos organizado un ciclo de conferencias con empresarios de éxito que nos cuentan su experiencia. Hay que aparcar ese mensaje que dice que no se pueden hacer las cosas. Lo que hay que hacer es trabajar por lograrlas. Este territorio tiene posibilidades si se trabaja duro y con buenas ideas y si se aprovechan los recursos de forma eficiente y eficaz. ¡La cooperativa asentada en Otur tiene 170 empleados! Es decir, aquí hay fórmulas empresariales y sectores con recorrido. Se puede crear autoempleo y se pueden atender las necesidades de un mercado que está ahí. Lo que aporta esta asociación son ideas. También tratamos de influir en las administraciones para que sepan qué tienen que hacer. Queremos soluciones para el Museo del Calamar Gigante, para la senda costera de Valdés, para los sectores comercial y turístico... Queremos que la gente recupere la ilusión.
- ¿Falta voluntad política para ayudar a estos sectores o para dar soluciones a estos problemas?
-Está demostrado que la mayoría de los políticos, salvo honrosas excepciones, no ven que la ciudadanía ha cambiado. Un ciudadano no es una persona que vota cada cuatro años en una urna. No. Exigimos y queremos saber qué pasa en nuestro territorio. Esto ocurre por la globalización y por la crisis económica. Pero los políticos no asumieron ni la globalización y piensan en clase interna, de espaldas al ciudadano. Con la crisis, hay una nueva ciudadanía que quiere participar y que exige sus derechos. Y si paga impuestos, es lógico que lo haga.
- ¿En Valdés faltaba este movimiento social?
-Nos sorprendió el apoyo que recibimos de la gente. En Valdés había una necesidad imperiosa de que alguien se levantara y dijera "basta". Ese mensaje sencillo, justo y necesario caló en la gente. Tenemos más de 80 socios en tres meses. Hay partidos en Valdés que no cuentan con ese número de afiliados. Esta asociación trata de recuperar el respeto a la ciudadanía valdesana. Queremos ser partícipes del futuro del este territorio y los políticos no se han enterado de ello. Se encierran en sí mismos, hacen las cosas de tapadillo, como si les diera vergüenza gestionar un presupuesto.
- ¿Qué pide a los políticos?
-Rigor, compromiso y comunicación con los ciudadanos. Los políticos de este país, y vuelvo a decir, salvo raras excepciones con gabinetes potentes de comunicación, no tienen ni idea de comunicar. Los de la vieja guardia le tienen aversión a las redes sociales. Los políticos tienen que preocuparse de hacer bien su trabajo. Si eso sucediera, todo sería estupendo porque asociaciones como la nuestra se dedicarían a organizar jornadas para reflexionar y debatir. Pero como no hay respuesta política a los problemas del ciudadano y tenemos que pedir nosotros la senda costera, el Museo del Calamar Gigante, información sobre el Plan estratégico de Comercio y Turismo... Los políticos tienen que conocer qué piensan los ciudadanos porque así sabrían qué políticas hacer. ¿O hacen política pensado en otros fines?
- Puede contestarse.
-La lógica política actúa en clave electoral. Hay un sesgo muy marcado. Una buena parte de las necesidades de Valdés quedan supeditadas a la acción de los gobiernos local y regional, que tienen más interés por perpetuarse en el poder que por solucionar los problemas de los ciudadanos. Las acciones van en función de un cálculo electoral.
- ¿Por qué abandonaron la mesa en la que se discute el futuro del Museo del Calamar Gigante?
-La Consejería de Infraestructuras no cumplió con los planes que tenía: hacer una obra en el museo del Muelle Nuevo y tener en marcha una campaña de promoción antes de la Semana Santa. Cuando nos llamó la Consejera para explicarnos por qué no pudo ser, le dijimos que esta asociación tiene tres pilares; el rigor, la responsabilidad e independencia. No aceptamos volver y este es un aviso para navegantes. No nos plegaremos a ningún político. Ahora parece que ya hay fecha.
