El dolmen de La Cobertoria (Salas) es un monumento funerario neolítico "único" en el noroeste penínsular por su construcción, con un cordón perimetral compuesto de dos arcillas distintas previo a la estructura de la cámara funeraria, que está conectada con un pasillo de entrada. Estos son algunos de los últimos detalles revelados por las campañas de excavación arqueológica en la Campa de San Juan y que ayer explicó el arqueólogo Fernando Rodríguez del Cueto en una visita guiada, que se repetirá hoy y mañana, los dos días con inicio a las cuatro de la tarde.

Los asistentes disfrutaron de un paseo por la zona y conocieron de cerca los trabajos que se desarrollan con el impulso de la Fundación Valdés-Salas y el Ayuntamiento. "Me pareció muy divulgativa, es un yacimiento muy interesante y muy bien explicado", comentó Pablo Lavilla, quien destacó las pormenorizadas descripciones de los estratos.

El dolmen tiene alrededor de 4.500 años de antiguedad y en la zona los arqueólogos han catalogado seis túmulos, aunque hubo hasta once. Rodríguez del Cueto también explicó cómo fue su construcción sin grandes capacidades mecánicas, cargando piedras y tierra con cestos "similares a los de época reciente". De hecho, una de las arcillas analizadas "es características de Valderrodero", a unos 600 metros del lugar.

Un esfuerzo constructivo que da cuenta de su objetivo como elemento funerario, en el que todavía no han podido determinar para quiénes se construía. Asimismo, Rodríguez del Cueto indicó que hay materiales de vidrio de época moderna que podrían estar en relación con una fiebre pr encontrar oro en el siglo XVIII.

Una visita al pasado que conquistó también a los más jóvenes, como Iria Cuesta: "Es interesante para entender cómo hemos llegado de estar en las cuevas a construir rascacielos", comentó.