El encontronazo entre la justicia regional y los órganos europeos puede dar al traste con los planes para instalar una caldera de biomasa en Navia, cuya energía serviría para calentar las instalaciones deportivas municipales. La última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) reitera el derecho de los vecinos a disponer del documento completo en el que se incluye el proyecto, para su estudio y posibles alegaciones. Por contra, el convenio firmado entre la Comisión Europea y el Ayuntamiento de Navia para sacar adelante esta central -dentro de un proyecto medioambiental de carácter europeo- incluye una cláusula de confidencialidad que impide la entrega del proyecto de la instalación, para la que ya se han adecuado los terrenos.

"Ahora caben dos posibilidades: que Europa nos diga que podemos dar el documento, algo que haremos encantados al día siguiente a quien esté interesado; o que no contemple esa posibilidad, y que la planta no se pueda instalar finalmente en Navia", explica el alcalde, Ignacio García Palacios. Todo depende, pues, de la contestación que se reciba desde los órganos continentales, una vez se estudie y se analice la sentencia del TSJA. "Tenemos que esperar a la decisión que la Comisión Europea tomará al respecto", asegura el regidor.

Europa, dice García Palacios, trata con su postura de mantener el "derecho de patente" de las empresas de ingeniería que han desarrollado la central, y que se perdería al hacer completamente público el documento. Señala, además, que los vecinos han podido recabar todo tipo de información sobre la planta, haciendo las consultas pertinentes a los documentos depositados en el propio Ayuntamiento.

Ante esta situación, Ignacio García Palacios reconoce que "es posible que la planta no se instale en Navia" y que hay otros municipios interesados en albergar la instalación. "La caldera ya está finalizada; el proyecto está funcionando, y se han hecho todas las pruebas", subraya. El regidor recuerda, además, que si finalmente la instalación no se ubica en Navia "no habrá sido por criterios medioambientales, porque sea perjudicial para la salud o para el entorno, sino por un artilugio jurídico" del abogado que representa los intereses de los vecinos.

Por último, lamenta que, de ser así, Navia perdería un equipamiento "innovador desde el punto de vista de la investigación y el desarrollo", con unas instalaciones "modernas y sostenibles" para el sector.