El sector ganadero en el suroccidente asturiano se profesionaliza y aumenta en calidad a pasos agigantados. A pesar de contar con un número menor de explotaciones, cada una de ellas suma más reses, que, gracias a las mejoras en el manejo, alcanzan cotas de excelencia. La otra cara de la moneda son los problemas, centrados principalmente en el ataque de osos y lobos a las ganaderías. "Hay que tomar medidas, somos ganaderos y queremos vivir de lo nuestro", aseguran los profesionales.
El recinto ferial de La Imera acogió durante todo el fin de semana la trigésima segunda edición de la Muestra Ganadera Local de Cangas del Narcea. Contó con la participación de 240 reses procedentes de las 34 ganaderías participantes. "Hemos crecido en cifras con respecto a años anteriores, y eso quiere decir que la raza asturiana de los valles goza de muy buena salud. La calidad y la cantidad están presentes", destacó el alcalde, José Víctor Rodríguez, que agradeció el apoyo de patrocinadores y ganaderos para sacar adelante este evento.
El regidor subrayó la profesionalización del sector: "Es una actividad tradicional que también se está convirtiendo en una actividad profesional. El sector ha crecido, se puede vivir de él y necesitamos reivindicar a cada una de las administraciones que apuesten por un sector que es vital".
En la misma línea se expresó José Manuel González, presidente de la Asociación Española de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de Raza Asturiana de los Valles (Aseava). González quiso poner el acento en la importancia que Cangas del Narcea tiene para la raza, al disponer del "veinte por ciento de los animales, unos 3.000, y a unos 450 socios". "Es la mayor potencia ganadera que tenemos en la región, y las cosas se están haciendo bien, lo que se nota en el resultado final", apuntó el responsable de Aseava.
Los ganaderos también perciben la mejoría. "Hay un nivel espectacular. Por la piquilla entre ganaderos se va mejorando poco a poco, y esto nos beneficia a todos", aseguró Ángel Berdasco, de la ganadería Peire de Fonceca. Berdasco recordó las dificultades que debe superar el criador: "Son muchos los costes que asumimos, y también está el lobo, que es un problema muy grave".
Sobre el ataque de las fieras, Natalia Rodríguez, ganadera de Gillón, tiene una opinión muy clara: "Nuestra profesión está peligrando. Los ataques de lobos y osos nos están perjudicando, y ciertos grupos ecologistas empeoran la situación", incidió Rodríguez. En su localidad se produjo recientemente una cacería para frenar el problema del lobo. "Nos están poniendo como asesinos. Somos ganaderos y queremos vivir de lo nuestro, pero no nos están dejando", aseveró.
El certamen sirvió para galardonar a las ganaderías más destacadas del concejo, y reconocer el trabajo de personas que han luchado por el sector. Es el caso de Vicente González, de Cerezaliz, distinguido a título póstumo, y de Francisco Martínez, de Robledo de San Cristóbal.
