Una familia de usuarios de la residencia de mayores San Francisco y Santa Rita de Navia denuncia carencias en el cuidado de los internos, una situación que, asegura, repercute directamente en su bienestar. Personas cercanas a varios residentes han querido sacar a la luz algunos de los problemas a los que, según aseguran, se deben enfrentar en el día a día dentro de este centro: personal escaso para atender a los cincuenta residentes, comida inadecuada o de poca calidad, incumplimiento de horarios o material en mal estado son algunas de los problemas que denuncian. La situación se ha puesto en conocimiento tanto de Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA) como de la Consejería de Servicios Sociales y del Ayuntamiento, aunque, señalan, las soluciones no llegan.

Una persona cercana a varios internos, que prefiere mantenerse en el anonimato, ha hecho llegar a LA NUEVA ESPAÑA sus reclamaciones sobre la residencia, que depende del ERA pero que está gestionada por Mensajeros de la Paz. Explican que el personal contratado para la residencia "es escaso" y que no se cumplen los ratios pertinentes, porque existen muchos internos "con altos grados de dependencia". Esto provoca, según relatan, una atención inadecuada a los mayores y un incumplimiento de los horarios, tanto a la hora del desayuno, como de las hidrataciones o las cenas. "Los trabajadores están desbordados", aseguran.

Denuncian, además, que se intercambian las prendas a pesar de estar marcadas, y que la ropa de cama "es transparente" por un uso excesivo. En ocasiones, dicen, presenta daños que causan úlceras a los internos. También apuntan al mal estado general de los utensilios de cocina y a la falta de espacios, ya que las curas, afirman, se realizan en las habitaciones de otros internos. Critican la comida, que es "de mala calidad", ya que "se compran sucedáneos en lugar de lo que dicta el dietista".

Por todo ello, las familias mantuvieron una reunión con responsables del ERA, de Mensajeros de la Paz y de la Fundación San Francisco y Santa Rita, que vela por el buen funcionamiento del centro. "Allí se nos negó que hubiese problemas", lamenta un familiar, que dice sentirse "desamparado" en esta situación. "Queremos sensibilizar sobre lo que está pasado, porque el día de mañana cualquier vecino puede ser usuario del centro", apunta.

Hace un mes, la consejera Pilar Varela negó que se hubiesen recibido quejas sobre el estado de la residencia, y explicó que el patio del centro no sufre "deterioro que dificulte a los residentes utilizarlo". La Consejera también aseguró que se cumple la normativa en cuanto a la ratio de trabajadores por residente.

Por su parte, el Alcalde de Navia explica que el Ayuntamiento "no tiene competencias" sobre la residencia, pero que su interés es "que funcione adecuadamente, como sucede con cualquier otro servicio", subraya Ignacio García Palacios. El regidor reconoce que existe una serie de quejas por parte de los familiares. "Estamos en disposición de que se arregle todo, y hemos hecho gestiones para ello", asevera.