Delfina Fernández, con 95 años, y Ernesto Gayol, con 93, pueden presumir de ser los más longevos del concejo de Castropol. Ambos vecinos fueron homenajeados este fin de semana, en el encuentro anual de mayores que organiza el Ayuntamiento. Allí se destacaron los valores de esfuerzo, sacrificio y dedicación que guiaron la vida de ambos hasta estos días, en que disfrutan del merecido retiro, tras atravesar periodos tan crudos como la Guerra Civil o la posguerra.

En el caso de Delfina Fernández, nacida en la localidad de Lantoira en 1922, ella recuerda perfectamente "la vida durante la guerra, el miedo y el sonido de las balas". Su vida ha estado siempre dedicada a las labores del campo, a las que se añade, como sucede en multitud de ocasiones en el medio rural, las tareas del hogar. Delfina solía llevar los barcales de ropa al arrollo para lavarla, tal y como era costumbre por aquel entonces, y muchas veces siendo ya noche cerrada. Eso sí, todo esto lo rememora con una sonrisa en la cara, ya que se sentía, y se siente, feliz, ya que "no la asustaba el duro trabajo".

Ernesto Gayol, nacido en 1924, nació en Péligo, en Las Campas. Su vida también ha estado marcada por el trabajo, ya que, tras estudiar hasta los catorce años, comenzó a trabajar llevando a pastar al ganado. Su trayectoria vital lo llevó a trabajar en los astilleros del municipio, donde, en sus primeros años, cobrara "seis pesetas", que "no daban ni para un kilo de pan". Más tarde, se dedicaría al oficio de la albañilería durante más de tres décadas. De su juventud recuerda, por ejemplo, los tiempos en los que se veía con su mujer, María, en Berbesa, a medio camino entre su casa y su trabajo, para comer juntos.

La alcaldesa de Castropol en funciones, Teresa Dorado, destacó el importante papel que jugaron Delfina, Ernesto y el resto de personas de su generación para sacar adelante la comarca. En este decimoquinto encuentro de los mayores castropolenses se procedió, además, a homenajear a las personas que en este 2017 han alcanzado la edad de jubilación, y también se reconoció a las mujeres rurales de Seares.