José Manuel Álvarez es de Buso y desde hace una década se disfraza cada año para ser uno de "Os Reises" de la mascarada de invierno y llevar la fiesta a los ocho pueblos de la parroquia de Tormaleo (Ibias). Ayer, interpretó el personaje del cura. Lo pasó bien, pero no dejó de sentir cierta pena. "Es increíble cómo se despuebla esta zona de Asturias; da pena. Este año dejamos de ir a algunas aldeas porque no hay gente y están todas las casas cerradas", lamenta.

El espectáculo que José Manuel Álvarez y otras 14 personas llevan por Ibias enlaza con una tradición de antaño que se recuperó hace unos años, precisamente, para dar vida los pueblos del Suroccidente asturiano.

Este año, la mascarada se celebró el día de Reyes. Es una forma de tener en las filas a gente que no trabaja y puede interpretar a los personajes. En esta edición participaron en la comparsa vecinos de la parroquia y también amigos de otros concejos como Oviedo, Allande y Gijón.

Las previsiones anunciaban nieve. Ni con este pronóstico -que no se cumplió- se detuvo el grupo. Desafiaron eso sí a un día algo frío día de invierno y salieron los pueblos de la parroquia de Tormaleo. Empezaron a las diez de la mañana y sobre ellos cayó algún copo de nieve. Noelia Queipo es la presidenta de la asociación cultural "Tío Vitán" que organiza el encuentro. Asegura que esta especie de teatro itinerante "es una experiencia única para muchos vecinos". La gente se alegra de vernos", dice. En cada hogar hoy comida y bebida para que el espectáculo no pare. Queipo también lamentó las muchas casas ya cerradas y vacías. No visitaron Villaoril y Taladriz porque ya no hay vecinos para recibirlos.