El juicio al joven de 25 años de Tineo acusado de maltratar a su exnovia a la que le dio una paliza que la llevó al hospital en diciembre de 2016 ha quedado visto para sentencia. La víctima, que ha declarado protegida detrás de un biombo, ha relatado como aún siente "ansiedad y miedo" por lo ocurrido y como el día en que su expareja la agredió brutalmente en el interior de su vehículo "pensó que no salía viva del coche".

Por su parte el acusado, para el que Fiscalía pide casi ocho años de prisión y 19 en el caso de la acusación particular, ha manifestado que "no se considera agresivo" y ha pedido ayuda porque "su problema es el alcohol y las drogas".

El joven, que ya había estado en prisión por maltrato a su anterior pareja, ha negado que pegase con anterioridad a la víctima y ha declarado no recordar lo ocurrido el día de la paliza porque "había estado bebiendo y tomando droga, así que no se acuerda de nada".

Sin embargo la víctima ha asegurado que, si bien en el primer mes de relación transcurrió con normalidad, al segundo mes el acusado "comenzó a sentir celos de todo y de todos". Así ha narrado como en dos ocasiones anteriores a la paliza el joven la amenazó y llegó incluso a pasarle "una estrella metálica por el cuello" en una ocasión y en otra a propinarle patadas en la barriga. Todo ello en casa de los padres de él en Tineo, donde convivían los fines de semana.

Esa actitud celosa la llevó a romper su relación, pero por el miedo que le tenía no se atrevió a decírselo por si misma y pidió a su hermano que se lo dijese, lo cual hizo por un mensaje al teléfono. A partir de ahí, según el testimonio de la joven, de su hermano y de la entonces cuñada, el acusado, que permanece en prisión, comenzó a amenazarla a ella y a toda su familia.

"Me dijo que iba a venir con un cuchillo jamonero y que me iba matar a mi y a mi familia, que nos iba a matar a todos", ha narrado la mujer. Tres días después de esa ruptura, el 30 de diciembre, el acusado, junto a un amigo, se trasladó a Cangas del Narcea para ver a su expareja a la salida de su trabajo.

Conocedor de donde tenía la joven el coche aparcado la esperó y tras mandar a su amigo que "fuese a dar un paseo" la agredió y tras amenazarla con "tirarla al río" la obligó a meterse en el coche donde permanecieron "cerca de una hora" y donde la agredió "dándole una paliza brutal", según el fiscal.

En esos momentos el amigo del acusado volvió al coche, aunque en el juicio ha testificado que "no vio que el acusado agrediese a la víctima ni que esta tuviese sangre en la cara". También llegaron al lugar de los hechos el hermano de la víctima, su pareja y un niño, que alertados por la tardanza de la joven decidieron ir a buscarla. Fue entonces cuando el acusado salió del coche para dar alcance al hermano de la joven al que le propinó un puñetazo. Después trató de abrir la puerta para acceder hasta el pequeño de dos años gritando "te voy a dar donde más duele, hijo de puta".

"Yo sólo la vi nerviosa y a él -por el acusado- que pegaba golpes al salpicadero, pero nada más", ha declarado el amigo del acusado, que sobre el puñetazo al hermano de la víctima ha indicado que "únicamente vio que hizo el gesto de golpear, sin saber si llegó o no a hacerlo".

Unas declaraciones que han provocado que fiscalía pida la deducción de falso testimonio. "Ha venido aquí a mentir", ha indicado el Fiscal, quien ha manifestado que la "brutal agresión ha quedado más que constatada y se trató de una auténtica paliza".

Además el fiscal ha indicado que la "agresividad del acusado" también se ha visto acreditada en la Sala, ya que los agentes han tenido que ponerle los grilletes en un par de ocasiones a petición del juez, que incluso le ha advertido con echarle de la sala si persistía en su actitud agresiva.

Una pareja normal

Mientras, los padres del acusado han intentado demostrar que la relación de su hijo y la víctima era "absolutamente normal". "Siempre estaban de risas. Salían de fiesta y luego dormían hasta las seis de la tarde que yo los llamaba para comer y comían con nosotros", ha indicado la madre que ha descrito a su hijo como "cariñoso".

Tanto el padre como la madre han negado que su hijo agrediese a la víctima en su casa porque "de haber pasado se enterarían y no lo consentirían" y han achacado las discusiones de su hijo con su entonces pareja a las "interferencias de otra novia anterior con la que había tenido problemas".

También la abogada de la defensa ha tratado de presentar al acusado como una persona "con problemas con el alcohol y las drogas" y ha defendido que no hubo agresiones anteriores a la del día 30 que ha considerado como una discusión de pareja inducida por las declaraciones de otra ex novia del acusado.

La defensa también ha argumentado que aunque las lesiones causadas a la víctima "eran muy llamativas a la vista pero de escasa gravedad y que su traslado del hospital de Cangas del Narcea al HUCA no se debió a la gravedad de las heridas, sino a un problema ginecológico de la víctima".

En su alegato final el acusado volvió a reiterar que no recordaba nada de lo ocurrido ese 30 de diciembre y ha pedido perdón a la víctima y a su familia.

"No me considero agresivo. Sólo igual cuando bebo y me desfaso demasiado. Quiero pedir ayuda y que me lleven a un centro o algo porque mi verdadera mierda es el alcohol y las drogas y yo quiero tener una vida decente y tirar para adelante", ha dicho el acusado que al salir de la Sala de vistas para ser trasladado de nuevo a prisión se ha fundido en un abrazo con sus padres. Previamente había tenido que pasar por delante de su víctima.