Una representación de vecinos de Soto de Luiña se reunirá mañana con el Alcalde de Cudillero, Ignacio Escribano (PP), para exigir soluciones al problema del color del agua del grifo. Los vecinos denuncian que el agua sale turbia y piden prontas soluciones porque esta situación afecta a su vida cotidiana.

El Alcalde explicó ayer que el asunto está sobre la mesa. El gobierno prometió una inversión local para instalar filtros de arena y así evitar que el agua llegue a las viviendas con suciedad. Se trata de una obra que costará algo más de 40.000 euros. La partida se consignará en el presupuesto municipal de este año y la previsión es que la obra se ejecute antes de concluir 2019.

En todo caso, el regidor aclaró que los análisis no detectan nada anómalo y que los estudios realizados hasta la fecha indican que el agua suministrada a las viviendas está dentro de los límites legales relativos a la salubridad. "Desde luego, es un problema importante y me solidarizo con los vecinos de Soto de Luiña", aclara Escribano.

El pueblo busca soluciones desde hace años. En el colegio público que se encuentra en la localidad han decidido compra agua embotellada para consumo individual y para la cocina. Las empresas de turismo también han denunciado en varias ocasiones este problema porque afecta a sus servicios.

El gobierno se dirigió primero a la empresa de mantenimiento de agua, pero la red de traída de agua es propiedad del Ayuntamiento. En este sentido, la compañía se encarga de su mantenimiento, pero no hace obras que se consideran "estructurales".

"La solución que ofrecemos es buena, pero no es la definitiva", destaca Escribano, quien aprovecha parar pedir al Principado más celeridad en las prometidas obras de las traídas y del saneamiento. "Tenemos pendientes algunas inversiones en materia de agua y saneamientos", indica Escribano. El Alcalde aseguró que el Ayuntamiento puede hacer sólo obras "limitadas" porque también es "limitada" su capacidad económica.