Hace ahora quince años, una petición histórica de la sociedad naviega se veía finalmente convertida en una realidad. El 3 de febrero de 2003 abría sus puertas el complejo deportivo municipal de La Granja, que dotaba a Navia de un gimnasio y de la ansiada piscina de competición. Su puesta en marcha supuso un antes y un después en el deporte local, que no ha dejado de crecer desde entonces.
Actualmente, son 521 socios y 564 cursillistas los que hacen uso, de forma habitual, de estas instalaciones, que viven una etapa de estabilidad en manos municipales tras dos periodos en manos de empresas privadas. "En este mes de febrero hemos alcanzado el mayor numero de socios desde que el Ayuntamiento se hizo cargo de la instalación, indicador de que la gente hace más deporte y nos elige como opción para practicarlo", defiende la concejala de Deportes, Mirta Pérez.
Las instalaciones, inicialmente, contaban con piscina, gimnasio y pista de tenis, a cargo de la empresa Serviocio, que gestionó el complejo hasta el 2009. Su apertura supuso que los naviegos y los vecinos de los municipios del entorno pudiesen practicar deportes como la natación en la villa, sin tener que desplazarse, como ocurría anteriormente, a otras localidades del Occidente.
En el mes de agosto de 2006 la piscina recibió su nombre actual, Juan Vicente González, "en homenaje a uno de los mayores impulsores del Descenso a Nado de la ría de Navia y de la construcción de la propia instalación deportiva", recuerda la edil Mirta Pérez.
Fue en 2010 cuando el complejo deportivo sufrió su primera ampliación, pasando a contar con dos saunas, un jacuzzi y una nueva sala de actividades. Entonces, la inversión total fue de unos 400.000 euros, importe aportado a partes iguales por el Ayuntamiento y la empresa concesionaria desde ese momento, Spacia.
La situación de las instalaciones, en los años posteriores, fue deteriorándose poco a poco, y la falta de mantenimiento provocó un descenso importante en el número de usuarios y de socios, que llegaron a ser tan sólo 264. Fue cuando el Ayuntamiento, en noviembre del 2013, decidió recuperar la gestión directa del equipamiento, como medida para salvarlo de la precariedad y lograr unos niveles de uso adecuados para las instalaciones. Una gestión, en manos públicas, que se mantiene hasta la actualidad.
"En estos tres años se han llevado a cabo importantes mejoras, como la ampliación del gimnasio y el cambio de la deshumectadora. Son obras que han supuesto una inversión superior a los 150.000 euros", asegura Pérez, que añade que "actualmente las instalaciones gozan de muy buena salud. En ellas trabajan 16 personas, y tienen una ocupación mensual de más de 7.000 accesos".
Las cifras hablan por sí solas, al haber superado de nuevo los 500 socios y contar con más de 560 cursillistas, repartidos por la amplia oferta de actividades que se ofrece, desde yoga y pilates hasta entrenamiento en suspensión, zumba o acuagym. Además, en este último curso se han añadido natación deportiva e introducción al running, como dos de las novedades. Y todo ello manteniendo unos precios "equilibrados" que no han aumentado en los últimos años.
"Además, hacen uso de las instalaciones asociaciones como el colectivo de Párkinson de Navia o la Fundación Edes", señala Mirta Pérez, que recuerda también que varios colegios del entorno participan en el programa "Nadar es vida": Navia, La Caridad, Boal, Villayón, Jarrio, Puerto de Vega y Anleo, que suman más de doscientos escolares practicando el deporte de la natación de forma regular.
