La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Leitariegos obliga a sus vecinos a participar en las sextaferias bajo pena de sanción

"Nos acostumbramos a que nos lo hagan todo y también tenemos obligaciones", asume el presidente de la parroquia

Vecinos de Riomolín, en Cangas del Narcea, en sextaferia para arreglar la carretera. D. ÁLVAREZ

Acudir a la sextaferia ha dejado de ser opcional para los vecinos de la parroquia rural de Leitariegos. La entidad ha aprobado una ordenanza con la que fija la obligatoriedad de todos los habitantes de los pueblos que la conforman, de entre 18 y 65 años, a participar en los trabajos de mantenimiento y conservación de infraestructuras que son de su competencia, bajo pena de sanción. Una norma que se venía cumpliendo tácitamente en los pueblos desde tiempos inmemoriales y que ahora pasa al papel para que perdure.

El arreglo de caminos vecinales, de los pastizales y montes, de las fuentes, abrevaderos y lavaderos, de los puentes o del suministro de agua son algunas de las tareas que recoge la ordenanza que se deberán realizar en sextaferia siempre que se requiera. El objetivo, según el presidente de la parroquia rural, Jesús Matías, es que "si alguien se niega a participar en una sextaferia por cualquier razón, sin una ley en la mano no se le podría llamar la atención".

Una situación que asegura que no suele darse en la parroquia, ya que todo el mundo se presta a cooperar en los diferentes trabajos. Pero, también matiza que últimamente los pueblos están cambiando. "Nos estamos acostumbrando a que la administración nos lo tiene que dar todo hecho, cuando los vecinos siempre tuvimos obligaciones de mantener los pueblos limpios, los caminos vecinales arreglados y de cuidar del entorno", explica Matías.

Jorge Arias, vecino de Trascastro, relata que en el pueblo nunca hubo problema para salir a realizar cualquier trabajo. "Se toca la campana y para cualquier cosa nos reunimos y la gente está dispuesta a cooperar", cuenta. Asegura que es la única forma de mantener lo que tienen los pueblos "porque aquí estamos olvidados, pagamos impuestos como el resto de ciudadanos pero a la hora de la verdad aquí no viene nadie". Pone el ejemplo de la nevada que cayó estos días de atrás: "Todavía no vino nadie a limpiar el pueblo, tuvimos que tirar de pala para salir de aquí y hacer los caminos transitables".

Pedro González es de Brañas de Abajo y coincide con sus vecinos en que no se puede depender de que todo lo haga el Ayuntamiento. "Los vecinos tenemos que mirar por ello, siempre se hizo entre todos y si no fuera así estaría todo en muy mal estado", apunta. Además, añade que plasmar por escrito lo que supone una sextaferia es importante para las generaciones futuras.

Hay un plazo de 30 días para realizar alegaciones.

Compartir el artículo

stats