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Saltos al límite en Pé da Viña

Caduca la licencia de la última central activa en el lado asturiano del Eo, y los ecologistas exigen su derribo por los riesgos para la fauna

La central en el Eo. COORDINADORA ECOLOXISTA

La central hidroeléctrica Pé da Viña, la última en activo en el tramo asturiano del río Eo, podría tener los días contados. La Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ha abierto un expediente de oficio para la extinción de la concesión hidroeléctrica de esta instalación que comparten los concejos de San Tirso de Abres y Trabada (Lugo), al caducar la licencia de la actual concesionaria.

La CHC inició el expediente el año pasado, pero no llegó a resolverse y caducó, así que lo retomó el pasado diciembre. Se trata de un expediente de extinción del derecho al uso privativo de las aguas que tiene concedido la empresa Enel Green Power España. El expediente se publicó en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) a principios de enero, con un plazo de un mes para presentar alegaciones que está a punto de vencer.

La Coordinadora Ecoloxista d'Asturias ha confirmado que ya ha presentado una alegación al expediente para solicitar que se anule la concesión y se derribe la infraestructura existente ya que, a su juicio, la presa supone un obstáculo para la conservación de especies como el salmón y la anguila.

Esta presa, puesta en marcha en 1907, es la única en funcionamiento en el tramo asturiano del río Eo y, aunque ahora su producción pase desapercibida, antaño fue una central muy importante que abastecía de electricidad a varios municipios ribereños. La minicentral solo funciona cuando el caudal de agua lo permite y cuenta con un único empleado ocupado de su mantenimiento. En el tramo asturiano del Eo también existen: la presa de Louredal, que no funciona y cuya concesión (también en manos de Enel Green Power) se extinguió en 2011, y, una pequeña presa ligada a la piscifactoría abandonada de San Tirso.

La Coordinadora, que alega en este proceso junto al colectivo Ríos con vida, considera que es importante no solo la extinción de la concesión, sino el derribo de la presa y, que sea el propio concesionario quien corra a cargo de esta actuación. "La demolición supondrá la notable mejoría tanto de la calidad de las aguas como de la calidad del ecosistema fluvial del Eo", incide el presidente de la Coordinadora, Fructuoso Pontigo. Además de demoler la presa este colectivo conservacionista reclama que se cancele la derivación de agua "para evitar la reducción del caudal circulante".

Pontigo recuerda que el Plan Hidrológico de la cuenca del Eo subraya que los usos hidrológicos "son una de las presiones mayores que soporta esta cuenca con 112 extracciones de agua y un volumen derivado de 13.287 hectómetros cúbicos al año". En el caso concreto del Eo, y según la información que maneja la Coordinadora, la explotación hidroeléctrica supone la detracción máxima autorizada de 189,3 hectómetros cúbicos al año.

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